La inmunosenescencia y su impacto en la salud Parte II

Resumen

La inmunosenescencia produce un estado inflamatorio de bajo grado que se caracteriza por la elevación de citocinas proinflamatorias como IL-6, IL-1β, factor de necrosis tumoral α, entre otras. Ese estado inflamatorio ejerce influenza tanto en la inmunidad innata como en la adquirida, produce cambios en todos los componentes, celulares y humorales de la inmunidad adquirida, lo que repercute en la calidad de la respuesta ante las infecciones y con las vacunas y la calidad y duración de la respuesta inmune relacionada con ambas. Los linfocitos T son la población celular sobre la que se han descrito más cambios, como lo son la pérdida en la producción de linfocitos T naive nuevos, relacionado a la atrofia tímica fisiológica; la pérdida de la expresión de la molécula de la coestimulación CD28; menor capacidad citotóxica de los linfocitos CD8⁺ y la “fatiga” celular que acompaña al proceso de senescencia.

La menor respuesta que ocurre con algunas vacunas en la vejez podría no se solo resultado de los años de vida y el estado inflamatorio crónico que le acompaña, sino de la necesidad de individualizar condiciones personales y la dosis requerida para obtener la respuesta inmune deseada.

Al comprender profundamente los cambios inflamatorios que acompañan al envejecimiento entendemos de manera aún más clara la participación del sistema inmune en el desarrollo de enfermedades crónicas, degenerativas y autoinmunes durante la vejez, lo que nos dará más elementos para diagnosticarlas y tratarlas con oportunidad y en algún momento, quizás, a prevenirlas.   

Recepción: 10/09/2023

Aprobación: 23/10/2025