Presentación del dossier La experiencia de investigar: lecciones desde las trincheras
Presentation of the dossier The experience of doing research: lessons from the trenches
MIGUEL ANGEL SAHAGÚN PADILLA
Editor
El dossier La experiencia de investigar: lecciones desde las trincheras, es el resultado de una larga, accidentada y fructífera actividad colectiva. Hace alrededor de dos años envié una convocatoria a diferentes colegas que se encontraban por concluir algún programa de estudios de posgrado en ciencias sociales, maestría o doctorado, o tenían poco tiempo de haberlo concluido. En la convocatoria, les invitaba a desarrollar un trabajo original desde el interés por cuestionar o abordar de forma crítica y reflexiva la investigación en el posgrado en ciencias sociales con base en la propia experiencia. El trabajo debería narrar en primera persona la actividad de investigar para luego reflexionar sobre ella. Partiendo de una descripción pormenorizada, el trabajo reflexivo se plantearía en relación con preguntas como las siguientes: ¿qué sentido tiene hacer investigación, pensando en el caso concreto del proyecto descrito?, ¿cuáles serían los sinsentidos de este tipo de prácticas?, ¿mediante qué procedimientos se ha llegado a afirmar tales o cuales cosas sobre el objeto de estudio?, ¿quiénes sostienen financieramente este tipo de ejercicios y a quiénes benefician sus resultados?, ¿qué papel jugaron en el proceso los conceptos empleados como marco y los estudios revisados para establecer los antecedentes?, ¿qué relación tendrían la elección del tema y la forma de abordarlo con mi posición política, sea esta implícita o explícita? Estas y otras preguntas se incluían como ejemplo de los ejes reflexivos que cada colaboración podría abordar.
Desde un creciente interés por las prácticas reflexivas en el posgrado, que suele circunscribirse al campo de la investigación cualitativa—aunque no tendría por qué—, con la convocatoria que aquí describo buscaba el espejo de mis pares académicos más jóvenes para abrir una discusión centrada en lo que el posgrado ofrece en términos de aprendizaje de la reflexividad como dimensión central de la investigación (Hsiung, 2008; Raineri, 2013). Se tratababa de rastrear, a partir de lo que resultara saliente para cada mirada, las formas de poner en juego esa práctica reflexiva, con todas las particularidades que supondría, pero rescatando además esas transversalidades que resultan de recorrer caminos semejantes.
Otro rasgo a destacar de la convocatoria es que se señalaba que se explorarían las bondades y dificultades de un proceso abierto de revisión por pares. Es decir, dejaríamos de lado el esquema celosamente seguido por publicaciones científicas, sean libros editados o journals, en el que se establece un muro infranqueable entre autores y autoras por un lado y pares que evalúan por el otro. Hay que admitir que no hay una sola forma de entender la revisión por partes abierta (Ford, 2013; Ross-Hellauer, 2017). Más aún, tenía claro desde un principio que no estaríamos inventando nada nuevo. Lo que sí tenía claro es que el intento se justificaba en primer lugar como medio para incluir ese potencial reflexivo de un proceso de evaluación por pares, desplazando su centro de la parte sumativa de la evaluación—del sí, del no, o del sí pero—a la parte formativa. Para ello, monté un espacio en un curso Moodle usando la herramienta de foro. En ese espacio, la triada formada por cada autora o autor y sus dos pares evaluadores, podría comunicarse de forma fluida y discreta—sólo la triada y el editor tendrían acceso a cada conversación—de modo que el trabajo inicial pudiera desarrollarse hasta lograr una versión que resultara satisfactoria para todos los implicados.
De los 13 trabajos recibidos, llegaron a la fase final ocho de ellos. El resto fue desenganchándose de la conversación con los pares evaluadores, dejando la promesa de una futura entrega sin realizar. De alguna manera, lo que operó aquí fue un verdadero autodescarte. Quizá los autores o autoras de esos textos consideraron que lo que sus pares les solicitaban era demasiado y no entraba en sus prioridades. Lo importante en todo caso es que si alguien hubiera temido que la Open Peer Review fuera a desembocar en una fiesta del “todo vale, todo pasa”—quizá una parte de mí llegó a encontrarse en ese supuesto—ahora tendría suficientes elementos para señalarle que, por lo menos en la experiencia cuyos resultados presento aquí, ese no sería el caso. Los procesos de discusión entre autor o autora y sus pares fueron, ante todo, cuidadosos, tanto en la consideración del otro como en el valor de los comentarios, señalamientos y preguntas. Desde luego que he llegado a ubicar detalles que son susceptibles de mejora, pero las ventajas y bondades de esta forma de trabajar en la revisión de textos académicos como parte de la labor editorial ha sido satisfactoria. Si hay algo que me hace detenerme y no llevar a la revista Caleidoscopio a este esquema de Open Peer Review ese algo son las cuestiones logísticas y técnicas. La seriedad, el valor de las aportaciones y el talante constructivo y colaborativo de los pares en su labor de revisión han sido extraordinarios.
Hay que señalar además que en siete de los trabajos presentados las autoras son mujeres y uno es hombre. Seis de los ocho trabajos se realizaron sobre investigaciones para tesis de maestría y dos para tesis de doctorado. Una de las autoras es catalana, mientras que el resto son de México. Las áreas disciplinares en las que se ubican son la gestión cultural, la educación, la psicología social, la psicología de las organizaciones y la clínica. En todos los casos, se trata de personas menores de 40 años.
Aunque la convocatoria inicial se planteaba en términos de compilar capítulos para un libro, en un momento del proceso, considerando las terribles dilaciones que estaba llevando la edición del libro, una de las participantes planteó la posibilidad de aprovechar la sección monográfica de Caleidoscopio – Revista de Ciencias Sociales y Humanidades. El resto, una vez consultadas y consultado, estuvieron de acuerdo.
El primer artículo es de la Mtra. Estefanía Díaz y se titula "Una investigadora en la escuela: reflexiones sobre el posicionamiento a través de un relato autoetnográfico". En sus líneas se despliega un trabajo reflexivo sobre el encuentro con el acontecer diario de un centro escolar. Esta atención a la cotidianidad es doble: se trata de la vida un escenario social fundamental en nuestra vida en común, y se trata además de la práctica investigativa en sus formas más encarnadas. Prestar atención a ambas formas de cotidianidad, inevitablemente imbricadas, sirve de base para responder a la pregunta por el papel de la subjetividad en los procesos de investigación. La autora recurre a la tradición autoetnográfica para adentrarse en su interrogante y proponernos una serie de reflexiones desde lo específico, desde una práctica situada, afectiva y vibrante. Se hace énfasis en la cuestión de los roles y su peso en los procesos de construcción de conocimiento, así como en la relevancia de lo imprevisible y del conflicto. El modo de abordar la subjetividad en la investigación se teje en torno al concepto de posicionamiento, tal como lo plantea Hemelsoet. La investigadora opera desde la interacción de las múltiples perspectivas derivadas de sus diferentes roles (maestra, investigadora, estudiante, etc.), detallando la forma en que ese posicionamiento, con las tensiones que lo conforman, entra en juego en su estudio de caso, en la forma de presentarse y ser vista por los otros, en los cambios que se van dando en esas relaciones: "Mi relación con los maestros se fue transformando a través del tiempo en que visité la escuela", "para mi sorpresa, también me permitieron ser parte de conversaciones más informales en contextos fuera del aula"; "mi profesión me permitió sentirme cómoda con el ambiente escolar y sus rutinas." Este trabajo resultará particularmente relevante para aquellas y aquellos que estén por adentrarse en procesos de trabajo de campo que impliquen relacionarse y desarrollar vínculos de forma intensiva. Los pares revisores—colaboradores—de este artículo fueron Mónica del Rocío Cervantes Velázquez y Carolina Mora Huerta.
La Mtra. Arely Becerra Poblano firma el segundo artículo, “Escribir sobre performance o el performance de escribir”. En él, la autora nos ofrece un recorrido general por su experiencia en el desarrollo de su tesis de maestría en investigaciones sociales y humanísticas, específicamente en una indagación auto-etnográfica centrada en el género de expresión artística conocido performance, uno que “no es reconocido ni está legitimado en la mayoría de los espacios artísticos y académicos, y se encuentra en una situación marginal respecto a otras manifestaciones artística.” Como si de un sendero estilizado se tratase, la autora nos lleva de la mano por los distintos referentes con los que se topó en un ejercicio centrado en la corporeidad, así como en la dualidad memoria-olvido de una práctica que se aborda por sus trazas, dibujando los encuentros y las decisiones tomadas en cada paso. Se hace mención tanto de los proyectos específicos en torno a los cuales la Mtra. Becerra desarrolló su estudio como de los referentes teóricos que le acompañaron. El cuerpo del artista, verdadero soporte de la obra en este género, lleva a la autora a considerar el propio cuerpo y la biografía que encarna. Una de las virtudes del trabajo consiste en hacer evidente la inseparabilidad entre teoría y metodología, poniendo interrogantes a una pretendida “objetividad [que] siempre es hipotética y utópica, pues el mundo nos rebasa y solamente tenemos nuestra perspectiva de él”. Ariadna Isis Pérez Márquez y María Magdalena Aranda Delgado fueron las pares revisores de este texto.
El tercer artículo, “Una reflexión sobre el estudio de narrativas de pareja”, es de Andrea Mosqueda Esparza. Se trata de la reflexión sobre la investigación realizada para obtener el título de maestra en investigación en psicología. La autora se adentra en los entresijos del estudio de algo tan etéreo y a la vez tan concreto y cotidiano como la satisfacción o insatisfacción que las personas pueden tener con respecto a sus vidas de pareja. No deja de llamar la atención que un texto reflexivo sobre una investigación con un abordaje claramente cognitivo conductual (e.g., la teoría de atribuciones de causalidad de Bernard Wiener) inicie con una referencia hacia el impacto de la obra freudiana en la literatura novelística; específicamente, la duda o incertidumbre sobre nuestro conocimiento de la condición humana. Así, la autora, en su ejercicio de reflexión, inaugura formalmente la pertinencia de pensar en la singularidad de lo humano y toma distancia de la mirada que parecería haber informado su trabajo de tesis. La reflexión toma como objetos tanto la dirección del estudio (las atribuciones de causalidad respecto a la satisfacción o insatisfacción marital) como la forma de realizarlo (el análisis de entrevistas semi-estructuradas). Mosqueda estructura lo que se asoma en su ejercicio de reflexividad en torno a cuatro grandes categorías: lenguaje, entrevista, motivaciones y expectativas. Para no anticipar al lector o lectora lo que podrá encontrarse bajo estas cuatro categorías, válgame con adelantar que el artículo sería de gran utilidad para quienes se encuentren en las fases iniciales de un proyecto de investigación en ciencias sociales. Los pares revisores de Andrea fueron Juan Francisco Torres y Juan Muñoz.
El siguiente artículo es de Fernando Jassiel Jiménez. Se titula “Viejos viviendo: reflexiones sobre la investigación, la vida y la tercera edad”. Se trata del trabajo más extenso de este dossier, y con justa razón. En su ejercicio reflexivo, Jassiel se centra en la participación de los protagonistas de su estudio: las personas adultas mayores integrantes de clubes de la tercera edad. El tratamiento del tema, nos cuenta Jassiel, presta especial atención a la forma en que el autor va interesándose en él con base en la experiencia del trato con personas mayores y el desarrollo de un vínculo cuya dimensión afectiva, verdadera zona de tormentas, parece colocarse en primer plano. Es desde el vínculo con un cuerpo frágil y roto, femenino a pesar de todo, severamente limitado en su movilidad, que Jassiel comienza a plantearse preguntas. Jassiel se sorprende concernido con el devenir de ese cuerpo y su historia La necesidad de tener claro qué puede hacer en su labor como psicólogo al trabajar con esa feminidad envejecida. Más adelante, los hilos conductores de la relación de Jassiel con la investigación, seguirán deshilvanándose para mostrarnos el cómo de una llegada que va perfilando de forma más clara la preocupación por la vivencia de la finitud y el deterioro. Investigar la decrepitud, pero, sobre todo, investigar lo que germina y florece en ella, los frutos que genera. Los pares revisores de Jassiel fueron Josué Ávalos y Santiago Bavosi.
A continuación tenemos el trabajo de Claudia Gastelo Flores. En “Adentro y afuera: investigación sexo diversa, escrita desde los afectos y el privilegio de la cis-heteronormatividad”, Claudia Gastelo nos comparte una serie de reflexiones y observaciones en relación con su posicion de mujer cis-género que realiza un investigación crítica con el marco heteronormativo en el que vivimos: “¿qué hacemos con la posición privilegiada que nos ofrece el ubicarnos en la heteronorma, frente a la diversidad sexual?”. Claudia se interroga en su experiencia de realizar una tesis doctoral sobre heteronormatividad en procesos de acompañamiento psicoterapéutico a familias homoparentales, atendiendo a dimensiones claramente entretejidas como el privilegio y la violencia, que en el campo específico de la psicoterapia llega traducirse—nos comparte Claudia—en un discurso patologizante. Las reflexiones que encadena la autora ponen de manifiesto formas generativas de articular el activismo con el trabajo académico. Resulta de particular interés que Claudia enmarque su actividad en lo que denomina “atención a personas con sexualidades disidentes”. La referencia al encontronazo entre agrupaciones profesionales de psicólogos y psicólogas que defienden los derechos de las personas LGBTTTIAQ+ o que buscan limitar estos derechos muestra la relevancia de esa doble dimensión activista y académica en la que se coloca la autora. La pregunta por el privilegio “cis-hetero”, por llamarlo de algún modo, se articula en lo específico; de ahí la riqueza del ejercicio reflexico de Gastelo. Los pares académicos que evaluaron este texto son Mónica Ayala Mira y Carlos David Solorio Pérez.
Eridani Durán Vázquez es la autora de “Reflexiones sobre el proceso de investigación dentro del contexto de las economías alternativas en Aguascalientes”. Su texto tiene un carácter un poco más técnico que el resto de los que conforman este dossier. La autora describe la experiencia de investigar cualitativamente las prácticas y representaciones centrales a un mercado de economía solidaria que, a modo de tianguis, se realiza los fines de semana en un espacio público de la ciudad de Aguascalientes. Eridani desarrolla el tema encadenando una serie de observaciones y preguntas en torno al uso de la teoría fundamentada como método de investigación, para luego valorar las aportaciones y exigencias que estas forma de proceder supone. Así, Eridani nos cuenta cómo la observación participante puede fungir como un hilo conductor del trabajo de campo, o cómo el uso de grabaciones de audio para recoger memos o anotaciones puede no ser la mejor estrategia para documentar el proceso. Resulta llamativa la experiencia de ambigüedad metodológica que refiere Eridani cuando nos dice que le resultaba difícil no tener claro si estaba siendo ortodoxa en el análisis de datos, experiencia que sin duda conectará con la de otras y otros estudiantes de posgrado. Los evaluadores que acompañaron el trabajo de Eridani fueron Francisco Ruvalcaba Coyaso y Bélgica Romero De Loera.
El penúltimo trabajo que incluye este dossier es de Marta Méndez Creu. Marta parte de un símil entre las prácticas de cultivar y de hacer investigación. La autora sitúa su investigación en el contexto de España, específicamente en el sector de la restauración y aborda la cuestión de las mujeres que desarrollan sus carreras profesionales como chefs. El trabajo de Marta ofrece un recorrido sistemático y riguroso por las diferentes fases del proceso de investigar tal y como las siguió para desarrollar su investigación doctoral. Se trata de un relato detallado, situados, que nos ayuda a imaginar los lugares que fue ocupando la autora, lugares en los que se detiene para proponernos alguna reflexión en relación con la reminiscencia de sus experiencias. En cuanto los lugares en los que se detiene, me parece particularmente ilustrativo de su forma de trabajar el que la autora aborda respecto a la práctica de escribir diarios, práctica que recupera como íntima y, en buena medida, femenina: “Son muchas las mujeres que han tenido que escribir desde sus casas, reclamando una habitación propia como Virginia Woolf en 1929, sin embargo, otras, con menos recursos económicos, han escrito desde sus baños o cocina, desde cualquier lugar”. Marta nos muestra, desde su condición de mujer, cómo fue adentrándose en un mundo laboral ya de por sí demandante, incluso violento, en el cual todos esos aspectos inaceptables tienen incluso mayor incidencia en el género femenino. Así, se teje una serie de paralelismos entre la cara oscura de la academia y la de la restauración. Los dictaminadores del texto de Marta fueron Enrique Fuentes y Clara Selva.
Cerramos el dossier con el trabajo “Visibilizando lo invisible: mendicidad en adultos mayores. Reflexiones sobre el proceso de investigación”, de Cristina Villegas Ramírez. Vicisitudes y subjetividad definen lo que Cristina se propone explorar al volver a la experiencia de investigar las prácticas de mendicidad de personas adultas mayores en el centro de Guadalajara, México. Ya desde el principio, la autora aborda las especificidades de ese carácter contingente, accidentado y azaroso de la investigación al preguntarse por los motivos personales para haber elegido su objeto de estudio. En este primer alto reflexivo recurre al relato de un recuerdo con el que establece una conexión entre su propia vida y la mendicidad, atestiguada desde la distancia y que, sin embargo, llega a generarle una resonancia afectiva. Más adelante, Cristina aborda lo que le supuso encontrarse practicando la psicologización del fenómeno que estudiaba y preguntándose por el origen y las implicaciones de esta tendencia tan acentuada en su campo profesional. El recorrido de la autora es claro, detallado, anclado tanto en la descripción de espacios de vida específicos como en la elaboración de preguntas y la movilización de conceptos para abordarlas. Ma. Gabriela Luna Lara y Oscar Osorio Pérez fungieron como evaluadores de este trabajo.
Al planificar este texto de presentación había pensado en la posibilidad de cerrarlo remitiendo a los aspectos transversales a los ocho artículos en contraste con algunas de las singularidades de cada uno. Ahora, al momento de desarrollar esta sección, no puedo escapar a la impresión de que la identificación de esos aspectos supuestamente transversales sólo puede llevarse a cabo “rasurando” sus singularidades. Andrea Mosqueda, por ejemplo, sigue un camino específico para llegar a una posición que la interpela con respecto a lo singular para luego encontrarlo poco a poco en la conversación, en los decires de los integrantes de parejas hablando sobre sus asuntos. Por su parte, Arely Becerra lo asume como un punto de partida: está ahí porque forma parte de la práctica artística del performance y, en todo caso, busca consignar algunas cosas en común en este género, busca transversalidades que luego, inevitablemente, retornarán a lo particular y a lo singular. Claudia Gastelo sigue otro camino y contraste su propia experiencia con marcos más general para pensar en la violencia heteronormativa, enhebrando la inevitable dimensión colectiva de estos fenómenos con la articulación entre trabajo académico y activismo. Así, me veo constatando que las singularidades no se sitúan a lado de las transversalidades como cosas distintas, sino que lo que eventualmente, a través de un proceso de abstracción, se puede presentar como transversal, necesariamente cobra cuerpo y existe a través de lo singular. No hay generalidades libres de singularidad. La labor reflexiva a varias manos —me refiero a la invaluable colaboración de los pares revisores— nos ofrece una puerta para lidiar con esta condición de nuestros saberes y ampliar las posibilidades al dar cuenta de nuestras prácticas de investigación y sus alcances.
Referencias
Ford, E. (2013). Defining and Characterizing Open Peer Review: A Review of the Literature. Journal of Scholarly Publishing, 44(4), 311–326. https://doi.org/10.3138/jsp.44-4-001
Hsiung, P.-C. (2008). Teaching Reflexivity in Qualitative Interviewing. Teaching Sociology, 36(3), 211–226. https://doi.org/10.1177/0092055X0803600302
Raineri, N. (2013). The PhD program: Between conformity and reflexivity. Journal of Organizational Ethnography, 2(1), 37–56. https://doi.org/10.1108/JOE-04-2012-0021
Ross-Hellauer, T. (2017). What is open peer review? A systematic review. F1000Research, 6, 588. https://doi.org/10.12688/f1000research.11369.2
Cómo citar este artículo
Sahagún, M. A. (2023). Presentación del dossier La experiencia de investigar: lecciones desde las trincheras. Caleidoscopio - Revista Semestral de Ciencias Sociales y Humanidades, 26(48). https://doi.org/10.33064/48crscsh4557
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