Evaluación de una intervención para disminuir el uso del celular


Evaluation of an Intervention to Reduce Cell phone Usage




ANDREA HERNÁNDEZ RANGEL

ROBERTO OROPEZA TENA

ERWIN ROGELIO VILLUENDAS GONZÁLEZ

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México




Resumen

El teléfono inteligente se ha convertido en una herramienta ubicua por su multifuncionalidad. Sin embargo, cuando su uso interfiere con otras actividades, puede considerarse problemático. Es probable que un programa de intervención pueda ayudar a regular su uso. En este estudio, se busca evaluar la eficacia de un Taller para el Uso Controlado del Celular (TUCC) en adolescentes y adultos. Participaron 22 adolescentes (12 a 15 años) y 19 padres de familia, en un taller para disminuir el tiempo de uso del celular, impartido de forma presencial y a distancia (debido al aislamiento obligatorio por el COVID-19) con una duración de 14 semanas y dos seguimientos, uno a un mes de terminado el taller y el otro, dos meses después. Encontramos que el tiempo de uso semanal aumentó entre la primera y última medición tanto en los adolescentes como en los padres de familia, independientemente de su modalidad de participación en el taller. Estos hallazgos pueden explicarse en parte por los cambios de uso derivados de la cuarentena por COVID-19. Se requieren más estudios para analizar la forma en que la contingencia pudo modificar el patrón de uso.

Palabras clave: tratamiento cognitivo conductual; uso de redes sociales; juventud; taller; valoración.




Abstract

smartphone has become a ubiquitous tool due to its multifunctionality. Nevertheless, when its use interferes with other activities, it can be considered as problematic. It is possible that an intervention program can help regulate smartphone use. Our aim was to assess the efficacy of a workshop for Controlled Cellphone Usage (TUCC) on teenagers and adults. Participants were 22 teenagers (age range 12 to 15) and 19 parents, on a face-to-face and online workshop with follow-ups along 16 weeks. Weekly screen time increased between the first and the last measurement in both teenagers and their parents, regardless of their mode of participation in the workshop. These findings can be explained in part by the changes in use derived from the COVID-19’s quarantine. More studies are required to analyze how the contingency could modify the pattern of screen time use.

Keywords: Cognitive behavioral treatment; social media usage; youth; workshop; assessment.









El teléfono celular fue diseñado originalmente para mantener comunicados a los usuarios. Sin embargo, con el tiempo se le han incorporado otras aplicaciones como cámara, correo, video, transferencia y almacenamiento de archivos, procesadores de texto, mensajería instantánea, entre muchas otras (Vásconcez y Pardo, 2020). Esto lo ha convertido en un instrumento en gran medida indispensable para la vida cotidiana. El uso del celular puede contribuir al desarrollo de competencias de búsqueda y manejo de información de manera sencilla y rápida (Trueba et al.,2019). Además, facilita la comunicación y cooperación en las relaciones sociales entre los usuarios y desarrolla la creatividad (Adelhardtet al., 2018; Farina, 2020).

En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2021) reporta que el 97.1% de la población son usuarios de internet en uno o varios dispositivos electrónicos y que el 91.6% poseen un celular con conexión a internet (smartphone). Señala también que nueve de cada diez jóvenes de 12 a 24 años poseen un smartphone. Para los grupos de 25 a 34 años, 35 a 44 años, y 45 a 54 años, el porcentaje de personas que cuentan con un smartphone va disminuyendo paulatinamente. De 25 a 34 años esta cifra disminuye a 87.1%, de 35 a 44 años vuelve a disminuir, ya que 78.5% de los mexicanos poseen un smartphone y de 45 a 54 años solo el 68.6%.

Los usuarios de celular invierten en su uso una gran cantidad de tiempo. Según la Asociación de Internet MX (AMIPCI, 2021) 28.2% de los usuarios de internet se conectan a lo largo del día, con un rango de uso que va de 3 a 8 horas diarias. Los hábitos de consumo de internet de los mexicanos cambiaron durante el aislamiento por COVID-19 debido a situaciones de migración, trabajo, escuela, entretenimiento y tiempo en el hogar; tanto que disminuyó el tiempo en otras actividades, como estudiar o pasar tiempo con la familia. De acuerdo con la AMIPCI (2021) 51% de los usuarios reportaron que su tiempo de uso del internet incrementó. Para que exista un uso adecuado del celular y no se incrementen las posibles consecuencias negativas del abuso del tiempo invertido en él, es necesario buscar y aplicar un mejor empleo del tiempo de uso del celular (Arab y Díaz, 2015). Entre las estrategias para administrar el tiempo de uso, se pueden establecer horarios precisos para todos los miembros de la familia por igual o llegar a acuerdos sobre su tiempo de empleo (Thulin y Vilhelmoson, 2019).

Fuertes y Armas (2018) llevaron a cabo un estudio para identificar la adicción a las redes sociales y tecnologías, así como las alteraciones psicológicas que esto genera en los jóvenes. Encontraron que 37% de la muestra (725 estudiantes de bachillerato) pasan de 3 a 5 horas conectados al celular. Los participantes señalaron que este uso excesivo afectaba sus horarios de sueño y les producía ansiedad y mal humor cuando no podían conectarse.

El celular proporciona muchas ventajas al usuario, por ejemplo: simplifica quehaceres cotidianos, da recompensas rápidas mediante las distintas redes sociales y permite tener pequeños “escapes” de la cotidianeidad (Fernandes et al., 2020). Cuando su uso se torna excesivo y la persona puede volverse dependiente al grado de ver afectadas otras esferas de su vida, como la educativa, laboral o familiar, es necesario tratarlo como a un problema serio sin importar la edad del usuario. Justamente uno de los supuestos para categorizar el uso excesivo del celular como adicción es que el tiempo de empleo sea mayor a cuatro horas diarias (Carbonel y Obrest, 2015).

El patrón de uso del celular está asociado a la edad del usuario. Por ejemplo, los adolescentes tienden a pasar más tiempo en el celular y lo utilizan de manera constante, lo que puede llevarlos a un abuso del tiempo de invertido en él y exponerlos a situaciones dañinas. Entre ellas, las más comunes son el sexting (enviar o recibir mensajes o fotos con contenido sexual explícito), grooming (acoso deliberado por parte de un adulto a un menor a través de un medio digital) y acoso cibernético (González et al., 2015; Pacheco, et al., 2018). Además, pueden estar expuestos a situaciones negativas para su salud, como baja autoestima, ansiedad, depresión, y problemas de sueño, entre otros (Álvarez-Sigüenza, 2019; Graciaet al., 2019; Iñiguez et al., 2021; Muhajir et al., 2018; Rodríguez y Moreno, 2019).

El “uso controlado” del celular se refiere a la creación de hábitos saludables de uso, los cuales incluyen básicamente la disminución de las horas de utilización, así como ver enlaces apropiados para su edad. Este concepto ya se planteaba desde el 2010 por Echeburúa y de Corral, como una respuesta al aislamiento y la ansiedad provocada por el abuso de la tecnología, que tiene consecuencias sobre la autoestima del usuario. Prats et al. (2018) describieron un diseño de talleres educativos para el uso saludable de internet y redes sociales en la adolescencia.

Por otro lado, los padres han tenido que adaptarse a los celulares y los han incluido poco a poco en su vida cotidiana, pese a lo cual a veces se les puede dificultar su empleo e incluso el monitoreo y establecimiento de límites a los hijos sobre el mismo (Álvarez-Sigüenza, 2019; Pastoret al., 2018). En cuanto al tiempo y la utilización que le dan al celular, esencialmente no hay diferencia entre los padres y los hijos: ambas poblaciones lo usan para comunicarse a través de redes sociales y se deja la responsabilidad de educar digitalmente al otro (Dans, 2017).

En su estudio, Gezgin (2018) entrevistó sobre los patrones de uso del celular a 36 adolescentes y sus 28 padres de familia o cuidadores primarios. Muchos padres consideraron que sus hijos pasan demasiado tiempo en el teléfono, pero ellos también; no salen de la casa sin él porque ya forma parte de sus rutinas diarias, pero esperan que sus hijos no repitan sus mismas conductas.

López et al. (2019) entrevistaron a padres de familia y adolescentes para identificar las prácticas paternas de mediación de la relación con los celulares y las tabletas. Encontraron que los padres señalan que entienden que es su deber supervisar, pero prefieren hacerlo a la distancia, tratando de no imponerse ante los jóvenes para no generar conflictos. Sin embargo, cuando sienten que el adolescente ha excedido el tiempo de uso permitido del celular, la solución más comúnmente señalada por los padres es retirarlo.

En su estudio sobre el uso problemático de redes sociales e internet, Stockdale y Coyne (2020) examinaron la motivación para permanecer conectados. Analizando datos de 385 jóvenes de 17 a 19 años, los autores encontraron que les gusta permanecer tanto en sus redes sociales porque les permiten comunicarse con su grupo de amigos, expresar sus opiniones, conectar con otros, entretenerse y, sobre todo, no aburrirse.

A través de tratamientos cognitivo-conductuales, se ha logrado reducir efectivamente el tiempo de utilización del internet y el celular en niños, jóvenes, adolescentes y adultos (Khalilyet al., 2020). Una de las estrategias más utilizadas por este tipo de tratamientos son los autorregistros del uso del celular; son muy útiles para que la persona identifique y sepa cuánto tiempo es el que lo usa, por lo que ayuda mucho al control de este. Otra estrategia es la definición de metas de uso, las cuales ayudan a que la persona se apegue a un uso controlado. Con el objetivo de reducir el tiempo de empleo del celular en un grupo de jóvenes, Babicet al. (2015) y Babicet al. (2016) llevaron a cabo un tratamiento denominado “Switch-off 4 HealthyMinds” (“Apágalo para tener una Mente Sana”). 322 participantes asistieron a un seminario interactivo de 60 minutos una vez al mes, en el que se hablaba sobre los beneficios de reducir el tiempo de uso de pantalla. De este estudio, los autores reportaron que hubo reducciones del tiempo de uso del celular en comparación con el grupo control (quienes no tomaron el seminario, el cual les fue ofertado hasta concluida la investigación). Aunque las diferencias no fueron estadísticamente significativas para tener efectos en la salud mental, sí lo fueron en la motivación de los participantes.

Resultados semejantes se reportaron por Bandeiraet al.(2018). Estos autores evaluaron el efecto que tiene una intervención multi-componente (compuesta por una serie de estrategias no farmacológicas, orientadas a disminuir factores de riesgo asociados a una problemática determinada) para disminuir el tiempo de empleo de diferentes dispositivos móviles sobre factores psicosociales (actitud, autoeficacia y apoyo social o familiar) en 1,095 jóvenes de 12 a 15 años. Encontraron que el hecho de reducir el tiempo de uso de dispositivos de pantalla (televisión, celular, computadora y juegos de video) tienen algunos efectos positivos en aquellas personas que participaron en el tratamiento, en comparación con quienes no lo hicieron. Por ejemplo, hubo una mejora de su actitud general hacia los estudios, un aumento de la autoeficacia, así como una mejoría en el desempeño académico.

Un factor común en las investigaciones sobre la disminución del tiempo de empleo del celular parece ser la edad de los participantes. Comúnmente se centra en jóvenes menores de 25 años y no parecen considerar la importancia que pueden tener los padres de familia sobre los hábitos del tiempo de utilización del celular por parte de los más jóvenes (Calveteet al., 2017; Choi et al., 2020; Khalilyet al., 2020). Si se considera que son los padres de familia quienes en la mayoría de los casos proporcionan los teléfonos celulares a los jóvenes, es evidente la importancia de que las intervenciones realizadas para disminuir el tiempo de empleo del celular les incluyan también. Por ello, la presente investigación tuvo como objetivo evaluar la eficacia de una intervención en adolescentes y padres de familia para reducir el tiempo de uso del celular mediante el TUCC.

Método

Se trata de una intervención exploratoria y descriptiva pretest-postest-seguimiento (uno y dos meses) con tres grupos de tratamiento (estudiantes y padres) y grupo control. El Taller para el Uso Controlado del Celular (TUCC) fue diseñado ad hoc para la presente investigación y puede verse un desglose de sus tópicos de forma breve en el Apéndice 1. Este taller tuvo un jueceo por pares y tras haberse realizado las adecuaciones pertinentes, tuvo un jueceo por expertos. Finalmente fue sometido ante un comité de ética antes de ofertarlo en la escuela de la población clave.

Participantes

La muestra fue no probabilística, elegida por conveniencia, de una secundaria privada de la ciudad de Morelia, Michoacán (a la cual el investigador principal tenía acceso). Al inicio de la investigación, durante una reunión grupal con los padres de familia, se les invitó a participar en el TUCC. Aquí se les informó, de manera general en qué consistía el taller y cómo se trabajarían los tópicos (ver Apéndice 1). Una vez explicado esto, los padres interesados en participar firmaron una carta de consentimiento informado. En una reunión posterior se explicó a los adolescentes cuyos padres estaban interesados en participar, en qué consistía el TUCC y cómo se trabajarían con ellos los tópicos (ver Apéndice 1). A los adolescentes que decidieron participar se les proporcionó un asentimiento informado, los que no quisieron participar fueron excluidos del estudio y se les informó a sus padres. Los padres que seguían interesados en tomar el taller a pesar de que sus hijos no pasaron a la lista de espera para tomar el taller una vez que terminara la intervención.

A los padres y adolescentes que continuaron en el estudio se les proporcionó un cuestionario dividido en tres partes, que recoge información general sobre el uso del celular en el hogar, tiempo que se le dedica a actividades de ocio en el celular y tiempo que se considera se invierte semanalmente en las aplicaciones del celular (como WhatsApp, Facebook, Twitter, TikTok, Instagram YouTube entre otras).

La muestra final estuvo integrada por 22 adolescentes estudiantes de nivel secundaria (12 hombres y 10 mujeres, edad =14, DE=1.1)y sus 19 padres de familia (4 hombres y 15 mujeres, edad =42, DE=11.3). Los criterios de inclusión de los adolescentes fueron que estudiaran secundaria y que invirtieran al menos dos horas y media diarias en su celular.

Los criterios de eliminación fueron la interrupción de la participación en el taller sin previo aviso por cualquiera de las dos partes (tanto padres como adolescentes) o faltar a dos sesiones de manera consecutiva (tantos padres como adolescentes). Se dividió a los participantes en 4 grupos: 1) G1P+A, donde tanto los padres como los adolescentes toman el taller; 2) G2A, solo los adolescentes toman el taller; 3) G3P, solo los padres toman el taller;4) GC, grupo control.

Instrumentos

Para recoger la información general de los datos sociodemográficos se utilizó un cuestionario dividido en tres partes: a) información general sobre el uso del celular en el hogar; b) tiempo que se le dedica a actividades de ocio en el celular; y c) tiempo que se considera se invierte semanalmente en 23 aplicaciones populares (como WhatsApp, Facebook, Facebook Messenger, YouTube, TikTok, Instagram, entre otras). El cuestionario consta de 77 reactivos de opción múltiple, donde se evalúan cuestiones como el tiempo de uso o el dinero que se considera se invierte en el celular.

Aparatos

Para medir el tiempo de uso del celular en padres de familia y adolescentes, se empleó la aplicación StayFree, la cual muestra cuánto tiempo se le invierte a cada aplicación de un celular. La aplicación guarda diariamente la información sobre los minutos de uso de las diferentes aplicaciones del celular donde se encuentre instalado. StayFree no guarda datos del usuario del teléfono en ningún servidor de internet ni compromete la privacidad.

Procedimiento

La investigación se llevó a cabo en una secundaria particular de la ciudad de Morelia, Michoacán. El taller de los adolescentes se formó de siete tópicos con una duración aproximada de una hora cada uno. Durante cada sesión se les dio material a los adolescentes (un manual de trabajo, folletos que ilustraban las actividades de cada tópico del taller y dos autorregistros, a) el “quiero vs. Necesito”; b) registro del tiempo de uso promedio del celular diariamente, qué emoción experimentaban en el momento y con quién estaban), acompañado de la exposición del facilitador y un espacio al final para comentarios y socialización. El TUCC para adolescentes trabajó diferentes temas al taller de los padres (ver Anexo 1).

A la par que se llevaba a cabo el TUCC para los adolescentes, se realizó el de los padres. Este taller consta de cuatro tópicos con una duración de 1 hora 30 minutos cada uno. Cada tópico incluía material para los participantes (un manual de trabajo, folletos que ilustraban las actividades de cada tópico del taller y un autorregistro para el tiempo de uso promedio del celular diariamente, qué emoción experimentaban en el momento y con quién estaban), la exposición del tópico por el facilitador, actividades prácticas relacionadas con el tópico en turno y un espacio para preguntas y comentarios. En el TUCC para padres se trabajaron temas que se pueden ver en el Anexo 1. Al final del taller, se llevó a cabo una sesión de cierre con los padres y se les solicitó el llenado de un cuestionario de satisfacción.

Los primeros tres tópicos del TUCC de ambos grupos de participantes se aplicaron de manera presencial en las instalaciones de la escuela secundaria. Sin embargo, el taller se vio interrumpido debido a la contingencia sanitaria por COVID-19, durante la cual la población recibió la recomendación de permanecer en sus casas. Debido a esto, hubo tres semanas de monitoreo del empleo del celular sin el taller. Durante este período se siguieron recolectando los datos de uso del celular. Además, se adecuó todo el material de los tópicos para aplicarse de manera virtual a través de la plataforma de GoogleMeet. Ya que en la escuela de los participantes se generó un manual para utilizar esta aplicación para las clases, se creó uno también para el TUCC en forma digital y otro para utilizar PDF para los autorregistros y PearDeck para las exposiciones dentro del taller. Se capacitó a los padres y adolescentes para tomar el taller de esta manera.

A partir de la sexta semana de haber iniciado, el TUCC se reanudó como se había planeado originalmente, solo que de manera virtual. Al finalizar los tópicos planteados (4 para padres de familia y 7 para adolescentes) se llevó a cabo un cierre con cada grupo de participantes, para darlos de alta y concluir el taller. Durante esta sesión se les comentó que habría dos seguimientos posteriores, uno al mes y el otro a los dos meses de haber terminado el taller. Se trabajó con los padres en un total de 6 reuniones y 9 con los adolescentes, teniendo la muestra total 18 registros del uso del celular.

Consideraciones éticas

La intervención se rige por los supuestos de ética señalados en la Ley General de Salud de los Estados Unidos Mexicanos (2018) y el Código Ético del Psicólogo (2015). Para cuidar la confidencialidad de los participantes, no se recabaron datos personales (como su dirección), entre otras. Sus respuestas se mantuvieron en absoluta confidencialidad y la información que se proporcionó a través del cuestionario y la aplicación para el celular fue utilizada únicamente para los fines de la presente investigación, lo que se le notificó a los participantes (padres y adolescentes) en el consentimiento y asentimiento informado. Solo se les proporcionó un número de folio para su identificación dentro de los grupos.

Resultados

El análisis estadístico se llevó a cabo mediante el programa Statistical Package for Social Sciences 22 (SPSS-22). Al interior de cada grupo: G1P+A, G2A, y GC; se compararon las distintas mediciones de tiempo de uso del celular con la Prueba de Rangos con Signo de Wilcoxon, para analizar si había diferencias después de la intervención con el TUCC.

Análisis de resultados sobre los cuatro grupos de los padres de familia

Debido a que, entre la primera, la segunda y la tercera semana del taller, los tópicos se impartieron de manera presencial, se comparó el tiempo de uso del celular entre la primera semana del taller (S1) con la tercera semana del taller (S3), usando una prueba de rangos con signo de Wilcoxon. Entre la medición pre y la medición post, todos los grupos aumentaron el tiempo de uso del celular (ver Tabla 1). Sin embargo, la diferencia sólo fue estadísticamente significativa en el grupo G3P (T=0, z=2.023, p<.05). En la Figura 1, la cual muestra el tiempo de uso del celular de los cuatro grupos mediante un diagrama de cajas agrupado, se puede observar mejor el aumento de tiempo del uso del celular en la S1 con la S3.



Tabla 1. Valores del análisis de Wilcoxon intragrupo para uso del celular entre S1 y la S3 del TUCC (tópicos presenciales) medido en minutos; entre S4 y la S16 y entre el Seg1 y el Seg2


Grupo

Me pre S1

Me post S3

T

Z

Me pre S4

Me post S16

T

Z

Me pre Seg1

Me post Seg2

T

Z

G1P+A

950

1541

5

.674

1217

957

7

1.35

1321

1200

4

.365

G2A

850

999

4

.994

1240

1300

6

.405

1311

1233

2

1.095

G3P

666

996

0

2.023*

1250

1223

6

.405

933

1243

2

1.483

GC (Grupo Control)

875

1121

5

.000

1152.50

928

0

1.826*

1001

769

3

.000

*p ≤ .05.





Figura 1. Tiempo (en minutos) por grupo durante las semanas clave de la intervención con los padres de familia



En la cuarta semana (S4) se comenzó con los tópicos del taller en línea, los cuales terminaron en la semana 16 (S16). Por ello se comparó el tiempo de uso del celular en la S4 con la S16. Se encontró que, entre estas mediciones, el G1P+A y el GC disminuyeron su tiempo de uso del celular (ver Tabla 1 y Figura 1). Se compararon las mediciones de S4 con S16 en cada uno de los grupos usando la prueba de rangos con signo de Wilcoxon y solo se encontraron diferencias estadísticamente significativas para GC (T=0, z=1.826, p<.05).

Finalmente, se comparó el tiempo de uso del celular en el primer seguimiento (Seg1, llevado a cabo en modalidad virtual un mes después de haber terminado el taller) con el segundo seguimiento (Seg2, llevado a cabo en modalidad virtual dos meses después de haber terminado el taller). Se encontró que tres de los grupos, exceptuando al G3P, disminuyeron su tiempo de uso del celular (ver tabla 1 y figura 1). Se compararon las mediciones del Seg1 con Seg2 en cada uno de los grupos usando una prueba de rangos con signo Wilcoxon, pero las diferencias no fueron estadísticamente significativas en ningún grupo.

Análisis de resultados sobre los cuatro grupos de adolescentes

Al interior de cada grupo de adolescentes y ya que los tópicos de la S1 y la S3 se impartieron de manera presencial, se compararon las mediciones de tiempo de uso del celular entre la S1 con la S3 en cada uno de los grupos con la prueba de rangos con signo de Wilcoxon y se encontró que, entre estas mediciones en tres de los grupos, exceptuando el GC, habían comenzado a disminuir su tiempo de uso del celular (ver Tabla 2).



Tabla 2. Valores del análisis de Wilcoxon intragrupo para el uso del celular entre la S1 y la S3 del TUCC (tópicos presenciales) medido en minutos; entre S4 y la S16 y entre el Seg1 y el Seg2


Grupo

Me pre S1

Me post S3

T

Z

Me pre S4

Me post S16

T

Z

Me pre Seg1

Me post Seg2

T

Z

G1P+A

2644

2000

6

.943

1735

3938

4

1.363

4184

3079

0

1.826

G2A

1832

1745

9

.314

2378

3553

3

1.572

3698

2691

1

1.753

G3P

1339

1230

6

.405

2266

3762

4

.944

4296

3042

0

1.826

GC (Grupo Control)

1638

2270

6

.405

2499

4000

4

.944

3600

2902

0

1.826

*p ≤ .05.



En la Figura 2 se observa, mediante un diagrama de cajas agrupado, el tiempo de uso del celular de los cuatro grupos de adolescentes y se puede observar mejor la ligera disminución del tiempo de uso del celular que hubo entre la S1 y la S3, así como este tiempo de uso del celular aumenta a partir de la S4 y continúa aumentando hasta el Seg1.



Figura 2. Tiempo (en minutos) por grupo durante las semanas clave de la intervención con los adolescentes



En la S4 se comenzó con los tópicos del taller en línea para los adolescentes, los cuales terminaron en la S16. Por ello se comparó el tiempo de uso del celular en la S4 con la S16. Se encontró que todos los grupos aumentaron su tiempo de uso del celular, llegando casi a duplicarlo, como en el caso del G1P-A y el GC (ver tabla 2 y figura 2). Se compararon las mediciones de S4 con S16 en cada uno de los grupos usando una prueba de rangos con signo Wilcoxon y no se encontraron diferencias estadísticamente significativas.

Finalmente, se comparó el tiempo de uso del celular en el Seg1 en modalidad virtual, un mes después de haber terminado el taller, con el Seg2, dos meses después de haber terminado el taller. Se encontró que el tiempo de uso del celular disminuyó en todos los grupos (ver Tabla 2 y Figura 2). Se compararon las mediciones del Seg1 con Seg2 en cada uno de los grupos usando una prueba de rangos con signo de Wilcoxon y no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en ningún grupo.

Discusión

Los participantes de la presente investigación utilizaban su celular alrededor de 11 horas diarias, lo cual supera las 3 a 5 horas estimadas por Fuertes y Armas (2018) pero coincide con Rodríguez y Moreno (2019), quienes señalan que lo máximo que un adolescente le dedica al uso de su celular es alrededor de 20 horas diarias; esto lo privade horas de sueño y afecta gravemente otras actividades sociales y escolares. En nuestro estudio, los participantes no pasaban tantas horas conectados; sin embargo, a pesar de ser menos horas, el uso del celular si afectaba algunas áreas de su vida.

Adelhardt et al. (2018) indican que, al iniciar un tratamiento, puede resultar complejo que los adolescentes se separen o disminuyan el uso del celular, pero puede conseguirse. En el grupo donde solo los adolescentes participaron en el taller, pareció haber una mayor autorregulación en el uso, en comparación con los otros grupos. Ello concuerda con los resultados obtenidos por Davazdahemami et al. (2016) y Graciaet al. (2019), quienes señalan que cuando los adolescentes realizan el cambio por motivación propia y sin que existan condiciones establecidas por parte de adultos o figuras de autoridad, dejar el celular es más sencillo y se acostumbran más rápido a estar sin él.

Es importante que los adolescentes tengan un uso adecuado de las redes, pero también los padres de familia. A los padres de familia les cuesta trabajo relacionarse con adolescentes que pasan demasiado tiempo en el celular (Fuertes y Armas, 2018): los adolescentes se relacionan con la tecnología al grado de separarse de sus padres para buscar cierta autonomía (Rodríguez et al., 2019). En muchos de los casos, los padres no tienen una idea clara sobre los riesgos a los que se exponen sus hijos en el internet (Bracho, 2018; Gamitoet al.,2018). Los jóvenes son un sector muy vulnerable para generar adicción al celular y con la situación de contingencia este dispositivo se volvió su ventana al mundo (Norbury et al., 2021).

Limitaciones

Dentro de la presente investigación, se encontraron algunas limitaciones que es conveniente se tengan en cuenta para futuros estudios. Principalmente, el que tanto los participantes como los investigadores tuvieron que suspender la intervención prácticamente a la mitad debido a una situación que se salía del control de todos: el aislamiento obligatorio por el COVID-19. Por cuestiones de salud, era riesgoso reunir a los participantes en físico, por lo que fue necesario pasar y conservar en la medida de lo posible, el taller original al formato digital.

Otra de las limitaciones que se encontraron fue que no todos los participantes tenían conocimientos digitales suficientes para trabajar con las plataformas elegidas para el taller digital, por lo que fue necesario proporcionar sesiones extra de capacitación. Futuras investigaciones deberán tener en cuenta la educación digital de sus participantes y contemplar el tiempo en las sesiones de intervención para enseñarles, de ser necesario.

El llenado de autorregistros digitales por los participantes también supuso una limitación al estudio debido a que los participantes no lo llenaban o no lo entregaban a tiempo, a pesar de (o precisamente por) ser enviado de forma digital. Futuras investigaciones pueden aprovechar la opción de formar grupos en redes sociales para recordarle a los participantes del llenado de los autorregistros.

Conclusiones

La adicción al celular es un tema delicado. No en todos los casos el uso del celular por periodos prolongados se puede considerar una adicción. A este hay que separarlo de la adicción a los videojuegos, analizando más bien él motivo por el que se utiliza el teléfono celular, pues muchas veces este puede ser un síntoma secundario de depresión, ansiedad o estrés (Acuñaet al., 2017; Carbonell y Obrest, 2015; De-Solaet al., 2016; Fernándezet al., 2019; Fuertes y Armas, 2018).

Futuras investigaciones deberán tomar en cuenta que el celular es un objeto socialmente aceptado, por lo que el término mejor adaptado al objetivo de disminuir el tiempo de uso, puede ser "dietas digitales”. Estas consisten en utilizar el celular por periodos cortos de tiempo (previamente establecidos), no utilizarlo durante las comidas y dejarlo por lo menos una hora antes de dormir, ello puede favorecer un uso adecuado dependiendo de la edad y necesidades del usuario.

El padre de familia juega un papel importante en aprender a tener un uso controlado del celular, al ser el ejemplo para el adolescente, además de ser muchas veces quien paga el servicio de telefonía móvil. Para futuras investigaciones es recomendable que los papás participen como como agentes de cambio; ellos podrían ayudar en el establecimiento de límites del uso del celular de los hijos, así como generar otras reglas que se deberían aplicar en el hogar. Esto se relaciona con lo que señalan López et al. (2019): que los padres tienden a dejar pocas obligaciones digitales a sus hijos y exigirles demasiado en la vida real. Los padres de familia tienden solo a concentrarse en limitar la cantidad de dinero que sus hijos gastan en el celular (con los planes de datos, los accesorios o el equipo en general) pero no el tiempo que invierten en los celulares ni el tipo de contenido al que se exponen. Los padres de familia perciben los riesgos digitales, pero hacen poco por evitarlos.

Conflicto de interés

Los autores declaran que no existe conflicto de interés.


Referencias

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Adelhardt, Z., Markus, S. y Eberle, T. (2018). Teenagers’ Reaction on the Long-Lasting Separation from smartphones, Anxiety and Fear of Missing Out. Proceedings of the 9th International Conference on Social Media and Society – SMSociety, 1(1), 212-216. https://doi.org/10.1145/3217804.3217914

Álvarez-Sigüenza, J. F. (2019). Nativos digitales y brecha digital: una visión comparativa en el uso de las TIC. Revista de la Asociación Española de Investigación, 6(11), 203-223. https://doi.org/10.24137/raeic.6.11.12

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Apéndice 1

Participantes: Padres

Tópico 1: 1er Filtro (Tamizaje)

Objetivos: Obtener los datos de uso del celular. Presentar las características del tratamiento. Obtener a los participantes para el tratamiento.  Obtener las firmas del consentimiento informado de los padres de familia.

Actividades para desarrollar: Explicación sobre el TUCC; recolección de datos de los participantes; tutorial sobre cómo utilizar la aplicación StayFree, ronda de preguntas y respuestas.

Tópico 2: El internet y mi hij@.

Objetivos: Generar conciencia respecto a los problemas asociados con el uso excesivo del internet a través del celular. Contextualizar a los padres de familia respecto a la etapa de adolescencia por la que cruzan sus hijos y maneras para interactuar con ellos positivamente. Practicar técnicas cognitivo-conductuales aplicadas a la comunicación asertiva.

Actividades para desarrollar: Mediante la técnica expositiva, explicar las generalidades sobre la adolescencia; introducir el término de “uso controlado del celular”. Explicar y practicar entre los padres, técnicas de modelaje, instrucción y retroalimentación de J.M. Smith para la comunicación asertiva.

Tópico 3: Seguridad cibernética.

Objetivos: Dar a conocer a los padres de familia cómo cambiar la contraseña de internet a través del módem, cómo bloquear dispositivos celulares de la red y cómo bloquear páginas web. Conocer técnicas de control de emociones. Practicar técnicas de comunicación activa.

Actividades para desarrollar: Practicar técnicas de comunicación activa y control de las emociones. Practicar cómo cambiar la clave del módem de la escuela para poder hacerlo en casa.

Tópico 4: El ocio y el trabajo

Objetivos: Dar a conocer a los padres información sobre el manejo adecuado del tiempo libre y del ocio. Generar consciencia en los padres de familia acerca de la importancia de la realización de los trabajos escolares.

Actividades para desarrollar: Mediante la técnica expositiva, presentar a los padres diferentes formas para el manejo del tiempo libre, hacer una lluvia de ideas sobre cómo pueden utilizar su tiempo en vez de estar en las pantallas y la importancia que tiene que los adolescentes realicen sus trabajos escolares y cómo los padres pueden apoyarlos. Hacer un cierre del taller.

Tópico 5: 1er Seguimiento

Objetivos: Llevar a cabo el primer seguimiento.

Actividades a desarrollar: Llevar a cabo el registro de los datos de seguimiento, tener una discusión grupal sobre lo aprendido y aplicado en el taller (compartir experiencias).

Tópico 6: 2º Seguimiento

Objetivos: Llevar a cabo el segundo seguimiento.

Actividades para desarrollar: Llevar a cabo el registro de los datos para el segundo seguimiento, tener una discusión grupal sobre lo aprendido, aplicado y cómo se han beneficiado del taller (compartir experiencias). De manera individual, contestar un cuestionario de satisfacción sobre el taller.

Participantes: Adolescentes

Tópico 1: 1er Filtro (tamizaje)

Objetivos: Obtener los datos de uso del celular. Presentar las características del tratamiento. Obtener a los participantes para el tratamiento.  Obtener las firmas del asentimiento informado de los adolescentes.

Actividades para desarrollar: Explicación sobre el TUCC; recolección de datos de los participantes; tutorial sobre cómo utilizar la aplicación StayFree, ronda de preguntas y respuestas.

Tópico 2: Entrevista

Objetivos: Enseñarles cómo llenar los autorregistros y hacer una prueba, recolectar la primera ronda de datos. Instalar la aplicación StayFree.

Actividades para desarrollar: Practicar con los autorregistros y enseñarles a utilizar la aplicación StayFree.

Tópico 3: El Internet y yo

Objetivos: Conocer más sobre algunas aplicaciones que más utilizan los adolescentes, conocer el funcionamiento y uso de nuevas aplicaciones que les puedan servir y aprender sobre el control de estímulos mediante los autorregistros.

Actividades para desarrollar: Instalar aplicaciones que les puedan servir en la escuela (como algunas de dibujo y cálculo) y conocer sobre las técnicas de control de estímulos.

Tópico 4: ¡Concéntrate!

Objetivos: Enseñar a los participantes sobre sus emociones y cómo reconocerlas.

Actividades para desarrollar: Conocer técnicas sobre el control de estímulos y sobre el control de emociones. Identificar emociones específicas, vincular pensamientos relacionados e identificar necesidades reales para orientarse a la satisfacción de éstas (apoyándose en el autorregistro de quiero vs. Necesito. Lectura de caso de una adolescente con adicción al internet.

Tópico 5: Como cuando te estresa la familia

Objetivos: Enseñar a los adolescentes sobre el manejo de recursos familiares y técnicas de afrontamiento adecuado de estrés.

Actividades para desarrollar: Mediante la técnica expositiva enseñar a los adolescentes el manejo de recursos familiares, cómo pedir ayuda y técnicas de afrontamiento adecuado del estrés (relajación/respiración y relajación muscular profunda). A través de una plenaria grupal identificar y conocer los recursos familiares con los que ellos cuentan.

Tópico 6: ¿¡Cómo lo supo!?

Objetivos: Enseñar a los adolescentes técnicas de distracción cognitiva.

Actividades para desarrollar: Exponer a los adolescentes actividades alternas al uso del celular, que resulten no compatibles con éste y que sean productivas, realizar una lluvia de ideas para conocer algunas otras que ellos mismos propongan.

Tópico 7: Adiós, Vaquero.

Objetivos: Enseñar a los adolescentes aplicación y manejo de cambios en el estilo de vida, realizar un cierre para el taller.

Actividades para desarrollar: Dar a conocer a los adolescentes formas en las que pueden aplicar cambios en su estilo de vida, solución a sus problemas actuales y técnicas de comunicación asertiva para con sus padres. Realizar un cierre del taller.

Tópico 8: 1er Seguimiento

Objetivos: Realizar el primer seguimiento.

Actividades para desarrollar: Llevar a cabo el registro de los datos de seguimiento, tener una discusión grupal sobre lo aprendido y aplicado en el taller (compartir experiencias).

Tópico 9: 2o Seguimiento

Objetivos: Realizar el segundo seguimiento.

Actividades para desarrollar: Llevar a cabo el registro de los datos de seguimiento, tener una discusión grupal sobre lo aprendido y aplicado en el taller (compartir experiencias).




Agradecimientos

Esta investigación se pudo realizar gracias a la beca de estudios de maestría del CONACYT otorgada al primer autor.




Acerca de la autora y los autores

Andrea Hernández Rangel (0618198d@umich.mx) es licenciada y maestra en Psicología por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Actualmente es estudiante de la novena generación del Doctorado Interinstitucional de Psicología, en la Universidad de Colima. Su principal línea de investigación son los adolescentes, de donde destacan los temas del uso del celular, internet y cómo se relacionan los jóvenes con sus redes sociales. Contribución al texto: conceptualización, metodología, análisis formal, investigación, recursos, escritura-borrador original, visualización y administración. (ORCID 0000-0002-3390-6058).

Roberto Oropeza Tena (roberto.oropeza@umich.mx) es licenciado en Musicología por la Escuela de Liturgia, Música y Arte “Cardenal Miranda” por la UNAM, es Licenciado en Psicología, Maestro en Análisis Experimental de la Conducta y Doctor en Psicología de la Salud. Actualmente pertenece al Sistema Nacional de Investigadores nivel I. Es profesor investigador titular “C” y Editor General de Uaricha, Revista de Psicología de la Facultad de Psicología de la UMNSH. Sus principales líneas de investigación son los tratamientos cognitivo-conductuales y el consumo de sustancias. Contribución al texto: conceptualización, metodología, validación, recursos, escritura-revisión y edición, visualización, supervisión y administración. (ORCID 0000-0002-2561-2164).

Erwin Rogelio Villuendas González (erwin.villuendas@umich.mx) es licenciado en psicología por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), maestro en Neuropsicología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y doctor en neurociencias por la Universidad de Guadalajara. (UDG). Actualmente es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y profesor investigador en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidago (UMSNH). Forma parte del cuerpo académico Evaluación e Intervención en Neurociencias Conducta y Cognición (CA-UMSNH-222). Su línea de investigación está orientada a la neuropsicología de la atención y el lenguaje. Contribución al texto: análisis formal, recursos, escritura-revisión y edición, visualización y supervisión. (ORCID 0000-0001-9141-8514).




Recibido: 25/04/2023

Aceptado: 15/02/2024









Cómo citar este artículo

Hernández Rangel, A., Oropeza Tena, R. y Villuendas González, E. R. (2024). Evaluación de una intervención para disminuir el uso del celular. Caleidoscopio - Revista Semestral de Ciencias Sociales y Humanidades, 28(51). https://doi.org/10.33064/51crscsh4409











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