Un análisis crítico del discurso de envejecer desde una perspectiva interseccional. Margo Glantz: Nonagenaria


A Critical Analysis of the Discourse of Aging from an Intersectional Perspective. Margo Glantz: Nonagenarian




MARIANA VILLANUEVA ROSALES

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México




Resumen

En este artículo se expone un análisis crítico del discurso de envejecer. Se utiliza la interseccionalidad como herramienta analítica para permitir cuestionarnos sobre el envejecer en el cruce de distintas categorías como el género, la raza, la clase, la edad y el cuerpo. Se emplea un estudio de caso a partir de la selección de tweets de la escritora Margo Glantz en los que relata su visión de envejecer a los noventa años. 

Palabras clave: envejecimiento; análisis del discurso; interseccionalidad




Abstract

This article presents a critical analysis of the discourse on aging. Intersectionality is used as an analytical tool to allow us to question ourselves about aging at the crossroads of different categories such as gender, race, class, age and the body. A case study is carried out based on the selection of tweets from the writer Margo Glantz in which she recounts her vision of aging at ninety years old.

Keywords: ageing; discourse analysis; interseccionality









A continuación presento Análisis Crítico del Discurso de envejecer desde una perspectiva interseccional, en específico, con la finalidad de aproximarme a la experiencia de envejecer a partir del discurso de envejecer. Decidí realizar este análisis con los tuits que comparte Margo Glantz, porque su posición en la estructura social me resulta interesante en tanto que es una mujer, judía, de clase socioeconómica alta, con capital cultural relevante, con reconocimiento social por su trayectoria académica y por su trayectoria como escritora, y además, tiene acceso a la tecnología: Margo es una mujer nonagenaria, lúcida y tuitera compulsiva.

Un poco sobre Margarita Glantz Shapiro: Margo nació el 28 de enero de 1930 en la Ciudad de México. Es escritora, crítica literaria y académica. Es miembro de la Academia Mexicana de la Lengua. Y aunque ella nació en México, su familia emigró desde Ucrania. Una vez en México sus padres insistieron en mantener sus tradiciones judías. Margo tiene una sobresaliente trayectoria como escritora y académica; los principales temas de su obra transcurren entre el cuerpo, la sexualidad, la migración y la memoria.

Elegí analizar su perfil de Twitter debido a que encuentro en la acción de tuitear una especie de expresión similar al ejercicio de asociación, un ejercicio en el que “se dice lo que sea sin importar qué” como aquella antigua consigna que utilizaba Freud para iniciar la escucha analítica. Si bien Twitter no es un espacio psicoanalítico, considero que me permite para este ejercicio aproximarme a un decir en fragmentos, incoherentes entre sí y un decir con frases condensadas puesto que se permiten sólo 280 caracteres en un tuit. Además, me resulta interesante lo activa que la escritora se mantiene en esta red social y que siendo nonagenaria tenga el acceso a la tecnología que le permita utilizar esta plataforma como medio de contacto. ¿Con quién se comunica Margo? No lo sé, supongo que con quienes nos coloquemos en el lugar del receptor.

A continuación presento un análisis realizado a partir de los tuits en el perfil de Margo Glantz del 9 de marzo del 2021 al 16 de mayo del 2021. Estas fechas fueron elegidas a conveniencia, sin ningún interés en particular. Anexo a este documento se encuentran, mayormente, los tuits escritos por ella, sin incluir los retuits que realizó. Cabe aclarar que no existe una relación directa con Margo Glantz, es decir, no tengo comunicación con ella, no puedo preguntarle por su experiencia de envejecer. No obstante, considero que esta pregunta no tiene que ser declarada al analizar la experiencia de vivir de una persona. Además, quiero precisar que en este trabajo de análisis no analizo a Margo Glantz como persona, analizo lo dicho y durante el desarrollo me analizo desde lo que la transferencia me permite decir a mí.

Oximorones y juegos de palabras

Un oxímoron es una figura retórica en donde a partir de la utilización de palabras contradictorias se genera un sentido. Margo hace un gran uso de contradicciones que parece ser parte de su estilo, pero también podría ser una forma de posicionarse, no de una manera dicotómica sino justo ahí en la ruptura que se genera en la contradicción. Podría ser un sinsentido, pero precisamente es aquí donde se pueden provocar las preguntas, las dudas, la incertidumbre y lo imposible. Margo parece disfrutar de los oximorones y de realizar algunas jugarretas con las palabras, los sentidos y la intratextualidad. Se presenta el texto por sí mismo, enigmático. Algunos ejemplos de esto son los siguientes tuits: “La opaca transparencia”. “No soy Nerón: cambiarme la receta”. “Estoy totalmente en contra y totalmente a favor.” “En las mañanas anochezco.” “Ver los ojos en la paja ajena.” Si bien no me he detenido con el detalle que ameritan, considero que son un guiño para generar una clave de lectura en en este análisis.

Masoquista de las noticias

Al sumergirme al Twitter de Margo, me fue sobresaliente la cantidad de retuits sobre noticias, tanto nacionales como mundiales. Noticias sobre masacres, catástrofes, injusticias, desigualdades, asesinatos, cambio climático... Lo que ocurre día a día en un mundo como el que vivimos. Todos los días, Margo se encarga de realizar estos retuits y entre ellos, tuitea con su autoría. Lo que realicé fue seleccionar los tuits en los que ella escribía, extraerlos y dar lectura a ellos.

“Soy masoquista, leo las noticias”, decía uno de sus tuits. ¿Será que leer las noticias es una manera de flagelarse? Estar en el repaso de lo anterior, repasar lo que ocurre de una manera compulsiva. Entonces, me volví a verme a mí misma, al hacer el ejercicio de extraer los tuits de su autoría evité los tuits de las noticias, los pasé de largo, me negué a ver más allá de los encabezados. A diferencia de ver un noticiero, estaba la posibilidad de revisar la selección de noticias realizada por Margo; de cualquier forma, los ignoré. Pienso entonces en lo que me tiene navegando entre los tuits de Margo. La imagino tuiteando desde su casa en La Condesa, observando el mundo y lanzando mensajes desde ahí, así que, en este mundo internauta, de alguna manera podría estar observando a la vecina que observa.

El Twitter de Margo podría funcionar como un estenopo a partir del cual se proyecta su idiosincrasia. Margo proyecta e invita a mirar lo que ocurre en el mundo. Con claridad entreteje una manera de considerar a los otros, de situarse y situarnos en relación a los otros. Aquí podría aparecer lo político, ya no en el sentido de meras cuestiones gubernamentales, sino en el sentido de un lazo social. Parece no tener empacho en hablar de cada situación y decir su inconformidad o preocupación. Y además, de mostrarlo, de apuntar con su dedo y mostrar y mostrar y mostrar.

¿Y el masoquismo? Una de las primeras palabras que se me viene a la mente al escuchar “masoquismo” es dolor y sufrimiento, aunque aquí no queda claro cuál es el sentido del masoquismo que menciona. ¿Podría ser la versión común del masoquismo en donde se disfruta del dolor? o bien, ¿podría ser una ironía y nos llama masoquistas por ver las noticias que selecciona para nosotros? ¿Somos masoquistas por el mundo en el que vivimos? ¿Habrá un dolor que le empuje a mantener apuntando y mostrando a los demás o habrá un placer? ¿En dónde estaría el dolor y el de Margo?

Fantasmas

De manera intercalada, Margo retuitea un memorial de Auschwitz en el que dan a conocer el nombre, la edad, la ocupación y la imagen de personas fallecidas en el holocausto. Mirar las fotografías de niños/as, jóvenes, personas mayores, conocer sus profesiones e imaginar su vida cotidiana genera en mí un tono espectral. Una memoria que siento ajena pero que aún así preferiría no hacer presente. Estas presencias evocan un evento del que aparentemente no fuimos parte, ni por época, ni por lugar geográfico, ni por linaje. Margo tampoco compartió con ellos ni la época, ni el lugar físico, ni fueron su familia.

¿Tendríamos que estar relacionados en parentesco con quienes estuvieron vivos como para que estos se conviertan en nuestros fantasmas? La relación no es necesariamente de parentesco, la relación, podría ser una relación inconsciente, algo que antecede, incluso más allá de la lógica temporal. La familia de Margo huye del holocausto y llega a México. Ella nace aquí. Años más tarde el genocidio por la cámara de gas ocurre en Alemania. Margo tenía 11 años y de alguna manera se configura como un recuerdo apropiado, como un resto antiguo, antiguo como las fotografías, antiguo como la misma Margo. ¿Este memorial guarda relación con el masoquismo de leer noticias? Es como una noticia antigua que no por ser antigua deja de ser noticia. Este repaso llama mi atención. Los datos breves que acompañan las fotografías parecen la información de una lápida, un registro de que hubo vida. Andar por el memorial y por el Twitter de Margo es como andar por un cementerio. Una inversión en donde se ronda a la muerte.

“La descorporalización por la pandemia”

De manera inmediata podría pensar en la digitalización de este último año en el que “a la distancia” se han podido realizar las actividades y en el que un cuerpo público no ha sido del todo necesario. Hablaría en todo caso, por ponerle un nombre, de un cuerpo privado, un cuerpo confinado. La digitalización nos ha permitido la ubicuidad, pero, ¿no es esta una manera de afantasmarse? Un fantasma nomuerto que deambula por un cementerio sin cadáveres. ¿Es la digitalización de Margo una manera de hacerse presente o una manera de ausentarse? Valdría la pena notar que Margo mantiene su actividad en Twitter desde antes de este periodo de pandemia.

Hay un cuerpo que aparece en “Caída de cabello o efluvio telógeno”, ¿será la caída una manera de descoporalización? “No me hacía las uñas desde hace un año: oigo a Callas: no hay nada como los amores desgraciados.” “A veces hasta bañarse cuesta trabajo: confesión sincera y matutina”, dice Margo. “Hay mucho posibles feminismos, pero en lo que toca al cuerpo hay sólo uno: el cuerpo propio”. Si bien hay una descorporeización también hay una vía para hacer cuerpo, para nombrarle, para adornarlo con palabras, para resistir, para limpiarlo con un costo. Aunque el cabello se cae en distintas épocas, aunque bañarse pueda costar por distintos motivos y aunque la resistencia se pueda hacer en el cuerpo propio joven o viejo. Algo me remite a la vejez de Margo.

“Y no soy viejita”

Responde Margo a una usuaria que dice querer llegar a ser una viejita como Margo. “Y no soy viejita”. Dice, en lo que parece una manera contundente. Aún así le responde, entra a escena, contesta, limita, coloca un punto final. “Abomino de los diminutivos condescendientes: se es negro, no negrito; indio, no indito; viejo no viejito”, tuitea posteriormente. Y entonces muestra dos caras de la misma moneda, vieja, no viejita. Es y no es. Rechaza la condescendencia que acompaña al “viejita”.

“Es raro: cada vez me siento más vieja y más joven al mismo tiempo, y menos vacunada…” en otro momento indica esta rareza, sentirse más vieja y más joven. Una atemporalidad bizarra que le permite ser, aunque no se sepa bien qué. Se afirma en la contradicción. Ahí donde se intersectan las posibilidades y se es lo imposible.

“Es difícil saber en qué día se vive, cuando no se sabe si se vive.”

No saber si se vive es abrir una posibilidad a estar vivo. En una primera lectura podría parecer que se duda de estar vivo. Los fantasmas no dudan de estar vivos, quizás en todo caso, dudan de estar muertos. No saber podría agujerear una posibilidad de preguntarse por la propia vitalidad. Los días se viven, los días se repiten, los días no se distinguen entre sí. Los días se nombran de lunes a domingo para hacer un acuerdo entre todos, no porque sean distintos entre sí. ¿No saber en qué día se vive es una manera de no saber si se está con los otros? Este fue uno de los tuits que me atrajeron con gran curiosidad hacia su forma de hacer vida. Quizá porque sospecho que una persona que no sabe si vive es una persona atenta a la vida y a lo que es vivir.

Nonagenaria

Nadar entre los tuits de Margo es refrescante y estimulante. Con algunas frases consigue generar un viaje ágil por sus ocurrencias. Juan José Millás, escritor de 75 años, comentó en una presentación de libro que si las personas compartiésemos más lo que se nos ocurre que lo que nos ocurre ello podría resultar en un intercambio más interesante. A través de su Twitter, Margo proyecta su idiosincrasia, sus posturas políticas, formas de enlazarse socialmente, pero también sus ocurrencias cotidianas, genera de alguna manera un entorno doméstico.

Hay temas que no aparecen. La maternidad no se asoma, si acaso un poco por el día de las madres. “Una mariposa amarilla, un colibrí, una flor blanca, cae una hoja: haiku materno.” “Madre solo hay una”. Y es todo. Tampoco aparece una atracción sexual por alguien, ni siquiera en el recuerdo. ¿Será que guarda estos temas para sí o será que en sus días ya no figuran? Resulta interesante pensar en esto al relacionarlo con la pregunta por las formas vivir la sexualidad en la vejez, el deseo, las vías para devenir mujer. En cambio, trae a colación a algunas mujeres: Simone de Beauvoir, Hanna Arendt y Julia Kristeva. “Nadie es más arrogante hacia las mujeres, más agresivo o desdeñoso, que el hombre que se siente ansioso respecto a su virilidad: Simone de Beauvoir.” “Otra frase de Beauvoir: El opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos.” “No hay pensamientos peligrosos, pensar es de por sí lo peligroso: Hanna Arendt.” Y de manera indirecta considero que la siguiente pregunta también se relaciona con Hanna Arendt: “¿El odio se fabrica o es natural?” Y refiriéndose a Kristeva “La abyección!!!” La conversación que establece con estas pensadoras parece atisbar en ella un deseo de actividad mental, de posición, de estremecimiento. Pienso en una no soledad, sin ser propiamente acompañada.

La lucidez de Margo es asombrosa, la connotación de sus 90 años podría hacerla más asombrosa en un contraste con la imagen estigmática de una persona mayor que sea torpe mentalmente, con dificultad para expresarse, ausente del mundo. La vejez en Margo podría producir una especie de marco, de circunferencia a lo que realiza y dice. Margo es pública, sus tuits, su literatura, sus conferencias, su presencia en eventos. Nos brinda un acceso al envejecimiento que difícilmente podríamos aperturar con otros nonagenarios.

La estructura social

Los recursos económicos, culturales y tecnológicos de Margo le permiten vincularse y posicionarse como persona mayor en su comunidad. Margo es capaz de denunciar cuando la calidad de un servicio de alimentos fue pésima, posee un oxímetro para valorar su saturación, discute con los del banco porque sus huellas dactilares se han borrado y no le pueden autorizar los movimientos. No vivir en una condición de pobreza le permite ahondar en distintos temas y consolidar un trayecto por el mundo. La estructura social, podría aparecer como un espejismo en el que hay una apariencia. Considero que las categorías: mujer, judía, académica, escritora y rica, pueden hacer las veces de semblante y no permitirnos conocer del todo la experiencia de vivir de Margo.

Corte

Parece ser que la figura del oxímoron se mantiene presente. Podría plantear que, como sujeto, surge a partir de una contradicción, pensar en cómo a partir de su vida, Margo contradice constantemente.




Acerca de la autora

Mariana Villanueva Rosales (marianavr@gmail.com) es doctoranda en Psicología por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH); maestra en Investigación en Psicología con distinción Summa Cum Laude y licenciada en Psicología por la misma institución; formanda continua en psicoanálisis en espacios independientes y en el Centro de Estudios Psicoanalíticos Mexicanos en Aguascalientes (CEPSIMAC); profesora de psicología en la Universidad Cuauhtémoc campus Aguascalientes (ORCID 0000-0003-0261-7576).




Recibido: 23/08/2021

Aceptado: 13/11/2021









Cómo citar este artículo

Villanueva Rosales, M. (2021). Un análisis crítico del discurso de envejecer desde una perspectiva interseccional. Margo Glantz: Nonagenaria. Caleidoscopio - Revista Semestral de Ciencias Sociales y Humanidades, 24(45). https://doi.org/10.33064/45crscsh2375











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