Revisión sistemática sobre la asociación entre creencias irracionales y depresión


Systematic Review of the Association between Irrational Beliefs and Depression




PEDRO DAVID ROSAS FUENTES

KARLA PATRICIA VALDÉS GARCÍA

JUAN LUIS DURÁN VACA

FERRAN PADRÓS BLÁZQUEZ

Universidad Autónoma de Coahuila, México

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo




Resumen

La depresión es un padecimiento frecuente y con repercusiones en la calidad de vida. La terapia cognitivo conductual postula que este trastorno está asociado a creencias irracionales. El objetivo del presente trabajo fue revisar la asociación entre creencias irracionales y depresión a partir de una revisión sistemática. Se analizaron 26 artículos que cumplieron los criterios de inclusión. Todas las investigaciones reportaron asociaciones significativas positivas entre las creencias irracionales y el trastorno, 27% mencionaron que las creencias irracionales se correlacionan con la depresión, 73% especificaban qué creencias eran las que correlacionaban con dicho padecimiento. El 37% coinciden en que la baja tolerancia a la frustración ayuda a predecir los síntomas de depresión, 32% mencionan las creencias de catastrofismo y autodesprecio y 21% la creencia de sobre exigencia. Se concluye que existe evidencia respecto que a mayor presencia de creencias irracionales hay mayor frecuencia y gravedad de sintomatología depresiva.

Palabras clave: revisión sistemática; creencias irracionales; depresión; frustración.




Abstract

Depression is a common condition with repercussions on the quality of life. Cognitive-behavioral therapy postulates that this disorder is associated with irrational beliefs. The objective of this study was to review the association between irrational beliefs and depression based on a systematic review. Twenty-six articles that met the inclusion criteria were analyzed. All the investigations reported significant positive associations between irrational beliefs and the disorder; 27% mentioned that irrational beliefs are correlated with depression, 73% specified which beliefs were correlated with said condition. 37% agree that low tolerance for frustration helps predict symptoms of depression, 32% mention beliefs of catastrophism and self-loathing, and 21% belief in overexertion. It is concluded that there is evidence that the greater the presence of irrational beliefs, the greater the frequency and severity of depressive symptoms.

Keywords: systematic review; irrational beliefs; depression; frustration.




Aproximadamente 300 millones de personas alrededor del mundo tienen el diagnóstico de depresión, por ello, se puede afirmar que es uno de los padecimientos mentales que se presentan con mayor frecuencia en la población mundial y, según se reporta, el número de personas con este padecimiento aumenta cada vez más (Organización Mundial de la Salud [OMS] 2020). Una de las consecuencias que se han observado en los últimos años es que la depresión es el principal motivo de discapacidad laboral, lo cual repercute en la economía mundial.

En un estudio publicado por Pérez et al. (2017) se menciona que aproximadamente uno de cada diez adultos sufre de depresión en el mundo, de los cuales el 60% no recibe atención pertinente, aun cuando el 50% de las personas tratadas reportan mejoría en su sintomatología. La Organización Mundial de la Salud en 2012 (2012) reportó que este padecimiento estaba presente en un aproximado del 5% de la población mundial. Así mismo, se sabe que la más grave de las consecuencias de este trastorno del estado de ánimo es el suicidio, de los cuales se reportan aproximadamente 703 mil en el mundo al año OMS (2021).

En relación con datos nacionales, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reporto que en 2017 cerca del 33% de personas mayores de 12 años han referido tener sentimientos de depresión en algún momento de sus vidas; entre ellos, el 66% comentaron tener síntomas más de una vez por año, el 12% posee estos síntomas de manera mensual, el mismo porcentaje refiere sentirse así de manera semanal y un 10% mencionan sentirlo de manera diaria. Información brindada por la Secretaría de Salud de la Ciudad de México (SEDESA, 2020), menciona que son aproximadamente 15 millones de personas las que presentan algún tipo de trastorno o enfermedad mental en todo México, de los cuales los adultos jóvenes son quienes se consideran más afectados en relación con el número de casos en dicho conteo; además, la depresión es el trastorno que más presentan los mexicanos.

Existen diversos factores que pueden ocasionar que las personas experimenten síntomas de depresión, estos factores de riesgo pueden ser desde aspectos biológicos (Mitjans y Arias, 2012; Ruiz, Ruiz y Cruz, 2020), ambientales (American Psychological Association [APA] 2014; OMS 2012) y psicológicos (Álvaro, Gattido y Schweiger, 2010). Mitjans y Arias (2012) mencionan que existe un 15% de probabilidad de tener depresión si los familiares directos, padres o hermanos, también la padecen, mientras que se tiene un 5.4% de posibilidad si no es el caso. Además, Silva (2002) refiere que existen procesos neuroquímicos que ayudan a que la depresión se presente en las personas, por ejemplo, los pacientes con depresión regularmente muestran un funcionamiento erróneo en la transportación de serotonina, así como niveles bajos de noradrenalina.

En relación a los aspectos ambientales, existen diversas situaciones que pueden ayudar a que las personas desarrollen este trastorno, por ejemplo, la APA en el DSM-5 (2014) menciona que los sucesos significativos en la infancia pueden llegar a ser importantes en el desarrollo de la depresión, mientras que la OMS (2012) refiere que los principales aspectos ambientales son las situaciones económicas, laborales (principalmente desempleo), desastres de cualquier tipo y pérdidas que puedan causar conflictos significativos para la persona. En este punto es importante señalar que hoy en día, debido a la pandemia de COVID-19, muchas personas están atravesando por problemas económicos y desempleos (Brooks et al., 2020), así como pérdidas importantes que pueden causar conflictos personales y son factores de riesgo para presentar sintomatología depresiva.

La depresión se puede encontrar en comorbilidad con otros trastornos como la ansiedad (Ellis, 2003) o los trastornos adictivos (Xu et al., 2020) por mencionar algunos. Por otra parte, los sucesos psicológicos que influyen en la depresión son principalmente las creencias y procesos mentales que cada persona tiene, por ejemplo, creencias que no estén apegadas a la realidad, las cuales son comunes en personas con depresión, ya que regularmente muestran un fallo en las interpretaciones de lo que sucede (Ellis, 1987; Álvaro et al., 2010). De hecho, un modelo explicativo de la depresión ampliamente conocido es el modelo cognitivo de Beck. Este modelo postula que la causa principal de la depresión es un mal funcionamiento en la interpretación de las situaciones, las cuales son denominadas distorsiones cognitivas; estas distorsiones se presentan de tres maneras en los pacientes con depresión: la primera de ellas es la triada cognitiva, la segunda son los esquemas cognitivos y la tercera los errores cognitivos (Beck et al., 2010).

La triada cognitiva hace referencia a pensar de manera inadecuada en tres aspectos 1) sí mismo (soy una persona desafortunada, inadaptada e incompetente), 2) del mundo (el mundo me pone obstáculos) y 3) el futuro (mi futuro es malo y no podré cambiarlo), lo cual lleva a la desesperanza (Ruiz, Díaz y Villalobos, 2012). Los esquemas cognitivos son patrones mentales que llevan a las personas a interpretar ciertas situaciones de igual manera ante eventos similares (Beck, et al., 2010). Y los errores cognitivos se refieren a la manera en que las cogniciones funcionan en estas personas, las cuales incluyen pensamientos extremos, negativos, categóricos, absolutistas entre otros (Beck et al., 2010).

Así como existen modelos que ayudan a explicar el trastorno, también hay abordajes para su intervención, dentro de estos se encuentra el de Beck, el cual trabaja en base a modificar los tres aspectos cognitivos anteriormente mencionados (Beck et al., 2010). También se encuentra la terapia con enfoque basado en problemas, el cual tiene cinco objetivos al trabajar con pacientes con depresión: disminuir los pensamientos desadaptativos, mejorar habilidades de solución de problemas, aumentar autocontrol, aumentar frecuencia de reforzadores positivos sociales y mejorar sus habilidades sociales (Nezu, Nezu y Lombardo, 2006). Otro de los abordajes en intervención que más se utilizan es la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC). Este modelo menciona que los pacientes con depresión regularmente experimentan sentimientos de culpa, auto derrotismo, creencias absolutistas y demandas (Ellis, 1987), además, se sienten incapaces de ayudarse a sí mismos, al mismo tiempo que buscan controlar todas las áreas de su vida (Ellis y Grieger, 1990). Por ello, la intervención se enfoca en cambiar principalmente tres creencias irracionales: 1) es necesario recibir aprobación de todas las personas importantes; 2) las demás personas deben ofrecerme un trato digno y bondadoso; 3) la vida debería ser fácil y es horroroso cuando la vida no es como me gustaría que fuese (Ellis y Grieger, 1990).

La intervención desde la TREC está enfocada en cambiar las creencias irracionales de las personas, mediante el A-B-C propuesto por Ellis, en donde las A son los eventos activadores, las B son las creencias que la persona posee del evento activador y las C son las consecuencias, también llamadas respuestas o reacciones. Desde esta propuesta se considera que una vez que se han reestructurado las creencias B se modifican las respuestas emocional, conductual, cognitiva y fisiológica de la persona, por eso la TREC se centra en el trabajo con las creencias irracionales (Ellis, 2013; Ellis y Grieger, 1990).

Las creencias irracionales son pensamientos absolutistas que generan malestar emocional y hacen que las personas no logren sus objetivos (Ruiz et al., 2016). Ellis (1976, citado en Caro, 2011) refiere que estas creencias son todas aquellas que son incomprobables, ilógicas y no funcionales para las personas. Por otra parte, Ellis y Grieger (1990) también las definen como las demandas y deberes absolutistas que uno se pone a sí mismo o a otras personas. Se puede observar la importancia que las creencias irracionales tienen en la Terapia Cognitivo Conductual (TCC), ya que sus dos principales representantes, Albert Ellis y Aaron Beck, ponen dichos procesos cognitivos como parte fundamental para la intervención con pacientes con problemas psicológicos, en este caso, específicamente con trastorno de depresión. Debido a esto, se vuelve importante estudiar la relación que existe entre las creencias irracionales y la depresión.

Tomando en consideración los modelos cognitivos y el extenso uso de las terapias propuestas por Beck y Ellis, se hace necesario preguntarse sobre el apoyo empírico que ha recibido la relación entre las creencias irracionales y la depresión. Ante esto, surgen las preguntas: ¿Se ha aportado información con el rigor científico que demuestren la asociación entre las creencias irracionales y la depresión?; ¿Cuáles creencias irracionales se asocian con la depresión? Por ello, el objetivo del presente trabajo es realizar una revisión sistemática de artículos que abordan la asociación entre las creencias irracionales y la depresión.

Método

Esta revisión fue realizada acorde a los lineamientos especificados para las revisiones sistemáticas según la declaración PRISMA (Urrútia y Bonfill, 2010). La búsqueda fue realizada entre septiembre y octubre del año 2020. Las bases de datos requeridas para esta revisión fueron: Science Direct, Redalyc, Scopus y Google académico. Los términos clave utilizados para realizar las búsquedas fueron los siguientes tres: creencias irracionales, depresión y suicidio.

Además, los estudios debían cumplir con los siguientes criterios de inclusión: 1) publicados de 2015 a 2020 para garantizar que los datos fuesen actuales, 2) que hayan sido publicados en español o inglés para incrementar la cantidad de estudios revisados a nivel mundial, 3) que se tuviera acceso completo al artículo y que esto permitiera un análisis completo del mismo, 4) que se exploraran las relaciones cuantitativas entre creencias irracionales y depresión, el tema de interés de la revisión sistemática, y 5) que el artículo contara con número DOI o ISSN para contar con los datos de identificación pertinentes.

En la primera búsqueda fueron seleccionados los artículos que, por su título y con la información reportada en su resumen, cumplían aparentemente los criterios de inclusión establecidos. Posteriormente se generó una hoja de cálculo en Excel en donde se registró la siguiente información de cada artículo: autor, año, título, estatus, observación, resumen y DOI. A continuación, se eliminaron los artículos repetidos, para finalmente realizar una lectura completa de los textos seleccionados y así recabar la información de estos.

Resultados

Las búsquedas realizadas en todas las bases de datos arrojaron un total de 4,655 artículos, de los cuales 4,612 fueron excluidos por el título o resumen; quedando 43 estudios. De estos 43, nueve eran duplicados, por lo que también se eliminaron, quedando 34 investigaciones para su lectura completa. Después de esta lectura se eliminaron ocho: seis de ellas porque se detectó que los textos no estaban completos, por no mostrar resultados cuantitativos o por no relacionar las creencias irracionales con la depresión, dejando al final un total de 26 artículos que fueron incluidos para la revisión sistemática. El 100% de los estudios fue publicado entre 2015 y 2020: ocho (30%) fueron realizados en 2017, cinco (19%) en 2018, cuatro (15%) en 2016, cuatro (15%) en 2015, tres (11%) se publicaron en 2020 y solo dos (7%) en el 2019.

En relación con la población de los estudios, 15 (58%) fueron realizados con estudiantes universitarios, tres (12%) con adolescentes, dos (8%) con pacientes clínicos, dos (8%) con deportistas, dos (8%) con población general y solo uno (3%) fue aplicado en trabajadores y ancianos. 18 de los estudios (69%) fueron realizados en algún país europeo (Reino Unido y Rumania fueron los países con más estudios encontrados, cuatro cada uno), cuatro (15%) se desarrollaron en Estados Unidos de América, tres (11%) en Asia y dos (7%) en Sudamérica. En este aspecto resulta relevante mencionar que no se encontraron investigaciones realizadas en México. El porcentaje es mayor a cien debido a que la muestra de un artículo fue realizada con dos poblaciones distintas (Estados Unidos de América y Paquistán).

La depresión fue medida sintomatológicamente en 24 (92%) de los estudios, mientras que solo dos (8%) fueron realizados con personas diagnosticadas con el Trastorno de Depresión. Los instrumentos utilizados para medir la presencia de sintomatología en las investigaciones fueron variados. Los más utilizados para medir depresión fueron los siguientes: siete (26%) utilizaron las Escalas de Depresión, Ansiedad y Estrés [DASS (cuatro de ellas en su versión de 21 ítems y tres de ellas en la versión de 42 ítems)] y seis (23%) usaron el Inventario de Depresión de Beck (BDI-2).

Por otra parte, 15 (57%) artículos tomaron como referencias las creencias irracionales de Ellis, cinco (19%) las distorsiones cognitivas de Beck, y tres (11%) los esquemas desadaptativos tempranos de Young. En cuanto a los instrumentos utilizados para medir este aspecto, tres investigaciones (11%) utilizaron el Inventario de Creencias de Desempeño Irracional (iPBI), la misma cantidad usada para las pruebas de Esquemas Desadaptativos Tempranos (YSQ), la Escala de Respuesta Rumiativas (RRS) y el Cuestionario de Pensamientos Automáticos (ATQ), por lo que se observa que cada uno de estos instrumentos fue utilizado en tres investigaciones diferentes.

Todos los estudios son de tipo cuantitativo y transversal, señalando niveles de asociación con r o R2 y un nivel de significancia P (con excepción de 1 estudio). 7 estudios reportaron una significancia de P < .01, con r variando entre .227 y .77. 14 estudios reportaron P < .001, con r de .23 a .734 y R2 de .208 a .688. De los 5 estudios restantes, 3 estudios señalaron significancia de P < .05, uno con r = .095 y los otros dos con R2 de .486 y .688., uno reportó P < .000, con r = .231, y uno, el que no reportó significancia, señaló un r = .391.

Los resultados encontraron que siete (27%) de los trabajos mencionan que las creencias irracionales se correlacionan de manera positiva con la depresión, sin especificar cuáles eran estas creencias, mientras que 19 (73%) especificaba exactamente qué creencias eran las que correlacionaban con dicho trastorno. De estas 19 investigaciones, siete (37%) coinciden en que la baja tolerancia a la frustración ayuda a predecir los síntomas de depresión, seis (32%) mencionan las creencias de catastrofismo, misma cantidad para las investigaciones que refieren la auto depreciación y cuatro (21%) la creencia de exigencia.

La evaluación de calidad de los estudios se centró en claridad del objetivo, claridad en la selección de la muestra, tipo de muestra que se utilizó, equilibrio de la muestra en cuanto a sexo (máximo de 60/40%), claridad de hipótesis, validez de los instrumentos, confiabilidad de los instrumentos, sustento teórico para el uso de los instrumentos, resultados completos, claros, en tablas y dentro del texto, solicitud de consentimiento informado y respaldo de un comité de ética. Se encontró con que todos los estudios, excepto uno, cuentan con objetivos claros, y sólo 2 no cuentan con muestra clara y definida. 19 de las muestras fueron seleccionadas por conveniencia, mientras que 12 trabajos tienen una muestra equilibrada por género. 14 artículos cuentan con hipótesis y 14 estudios muestran validez en sus instrumentos, pero todos cuentan con confiabilidad y sustento teórico en los mismos. Sólo un artículo no presenta resultados claros y completos. Todos los artículos presentan correlaciones o asociaciones significativas entre las variables de estudio. 21 trabajos cuentan con consentimiento informado, mientras que 15 están avalados por un comité de ética. Se decidió descartar un ítem de la evaluación de calidad, muestra representativa, ya que ninguno especificó si su muestra era representativa o no.

Discusión

En la presente revisión sistemática fueron examinados 26 trabajos publicados de 2015 a 2020 que abordan la asociación entre las creencias irracionales y la depresión. Se encontró que todos concuerdan en que, a mayores creencias irracionales, mayores serán los síntomas de depresión y viceversa, lo cual concuerda con lo mencionado por diversos autores (Álvaro, et al., 2010; Beck, et al., 2010; Ellis y Grieger, 1990).

Se pudo observar que la mayoría consideraron la definición de Ellis para las creencias irracionales, sin embargo, también se presentaron investigaciones que trabajaron según el concepto de cogniciones disfuncionales de Beck o los esquemas desadaptativos tempranos de Young. La utilización de estos tres conceptos no afecta en gran medida a las investigaciones, ya que estas definiciones tienen una teoría general homogénea. Los tres constructos teóricos buscan definir la manera en que las personas interpretan el mundo y las situaciones.

Esto mismo se observó con los instrumentos utilizados, ya que la mayoría se apoyó en los tres autores mencionados anteriormente. Sin embargo, no se encontró ninguna investigación que evaluase esta variable con algún instrumento que midiera las 10 creencias irracionales propuestas por Ellis, por ejemplo, con el cuestionario de creencias irracionales de Jones (Jones, 1968). Esto se daba principalmente ya que estos estudios, por lo regular, midieron las creencias con base en las cuatro creencias irracionales más generales que propuso el autor, que son: autoexigencia, catastrofismo, baja tolerancia a la frustración y auto depreciación. Esto se debe a que, desde la TREC, se ha puesto mayor atención a la irracionalidad medida en dos dimensiones, la primera habla de los procesos cognitivos (también conocida como angustia psicológica) y la segunda de las áreas de contenido (también conocida como salud psicológica). Por procesos cognitivos se refieren a las creencias irracionales, las cuales se dividen en cuatro: 1) demandas absolutistas (debo de, debería, tienen que), 2) catastrofismo (evaluar que las situaciones saldrán de la peor manera posible), 3) baja tolerancia a la frustración (demandas absolutistas de comodidad) y 4) evaluación global de uno mismo (evaluación negativa de uno mismo y su entorno). Por último, las áreas de contenido hablan acerca de realizar cosas positivas, como obtener logros, tener apoyo social, comodidad, etc. (Balkis y Duru, 2018; 2020).

Además, se puede apreciar que el término “depresión” es regularmente usado para describir síntomas depresivos, ya que la mayoría de los estudios se enfocó en medir únicamente la sintomatología depresiva en los sujetos de estudio. Sería interesante considerar dentro de los estudios el constructo de la depresión más desde un diagnóstico psicopatológico, haciendo uso de muestras clínicas, y no solo desde el punto de vista sintomatológico en población general. La importancia de este tipo de estudios radica en que la depresión es el trastorno psicológico que se presenta con mayor frecuencia en el área clínica (Ruíz et al., 2020) y podrían existir diferencias entre las creencias irracionales en personas con sintomatología depresiva y con el trastorno depresivo diagnosticado.

Con relación a las muestras utilizadas, se puede observar que la mayoría de ellas fue extraída de población estudiantil, con solamente tres estudios en pacientes psiquiátricos. Cabe mencionar que los resultados reportados en los estudios no difieren, tanto los estudios con población estudiantil como con pacientes reportan la asociación positiva entre creencias irracionales y depresión, así como las demás poblaciones estudiadas.

De igual forma, es notoria la escasez de investigaciones realizadas en países latinoamericanos, ya que solamente se encontraron dos en toda esta área geográfica. A esto se le aúna la total ausencia de México, país en el que no fue encontrado ningún estudio publicado en años recientes. Sería importante conocer por qué en la cultura latina no se le ha puesto tanta atención a la asociación de estas variables. Una de las posibles explicaciones a esto podría ser la importación de conocimientos, instrumentos, modelos, por mencionar algunos elementos teóricos y prácticos, que en México son tomados de otros países, lo que puede llevar a afectaciones en su aplicabilidad y efectividad. Esta importación de conocimientos, a su vez, puede tener origen en la falta de recursos humanos, económicos y de otra índole para la investigación de alta calidad o la publicación de los mismos en revistas de alto impacto y con una amplia difusión.

Dentro de las limitaciones, debe señalarse que en esta revisión sistemática sólo se consideraron artículos de investigación que estuviesen abiertos al público, a los que se tenía acceso en bases de datos de la universidad de adscripción de los autores, o que los trabajos fueran enviados de manera personal por los respectivos autores al primer autor de este artículo a través de redes de colaboración y difusión para investigadores. Además, otra importante limitación tanto para la revisión como para el estudio del tema fue que se eligió solamente trabajar con estudios cuantitativos, que en general presentan una postura epistemológica más positivista y que no se enfocan en la comprensión y análisis de la generación de dichas creencias en las personas, sus mecanismos de afrontamiento ante estas, si las creencias estaban presentes antes de la sintomatología o diagnóstico depresivo o si surgieron a partir del mismo, entre otros elementos que desde investigaciones cualitativas se plantearían en aproximaciones más fenomenológicas o constructivistas. Por último, el hecho de que ningún estudio confirme si trabajaron o no con una muestra representativa complica el análisis de la información, ya que compromete la generalización de los resultados.

Para robustecer más este estudio se podrían incluir más bases de datos o buscar los recursos para acceder a artículos que tengan costo o que requieran de una suscripción a alguna base de datos científica particular. Así mismo, se podría ampliar el periodo de tiempo para detectar estudios realizados antes de los parámetros temporales establecidos por la presente revisión, lo cual no se realizó pues se pretendía recabar información lo más reciente posible.

En cuanto a algunas recomendaciones para el desarrollo de investigaciones enfocadas en el estudio de la depresión y las creencias irracionales, se podría incluir la medición de las diez creencias irracionales propuestas por Ellis y enfocarse en personas con muestras clínicas y no clínicas para su contrastación. Además, los estudios revisados fueron en su totalidad transversales, sería de gran interés realizar estudios longitudinales y observar si la presencia de creencias irracionales causa sintomatología depresiva o si se aparece la sintomatología al mismo tiempo.

Por último, y de acuerdo con el objetivo de este trabajo, se puede concluir que a mayor puntuación en los instrumentos que midan las creencias irracionales (distorsiones cognitivas, esquemas desadaptativos tempranos, etc.) mayor será la puntuación en los instrumentos que midan la sintomatología de depresión. De la misma manera, a mayor sintomatología de depresión mayor puntuación en creencias irracionales, lo cual apoya las propuestas teóricas y de intervención de Beck y Ellis, y coincide con lo mencionado por Alsaleh, Lebreuilly, Lebreuilly y Tostain (2018) quienes señalan que los pensamientos negativos repercuten en el estado de ánimo.


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Acerca de los autores y la autora

Pedro David Rosas Fuentes (prosas@uadec.edu.mx) es licenciado en Psicología por el Instituto Tecnológico de Sonora, maestro en Psicología Clínica por la Universidad Autónoma de Coahuila. Catedrático en la Universidad Autónoma de Coahuila, Universidad Vizcaya de las Américas y Universidad del Centro de México. (ORCID 0000-0002-7912-4190).

Karla Patricia Valdés García (karlavaldes@uadec.edu.mx) es doctorante de la Universidad de Guadalajara, maestra en Psicología Clínica por la Universidad Nacional Autónoma de México y licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Coahuila. Docente investigadora de tiempo completo de la Universidad Autónoma de Coahuila adscrita a la Facultad de Psicología. (ORCID 0000-0002-1681-1954).

Juan Luis Durán Vaca (luis.d@uadec.edu.mx) es licenciado en Psicología por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y maestrante de Psicología Clínica en la Universidad Autónoma de Coahuila. (ORCID 0000-0002-3883-7223).

Ferran Padrós Blázquez (fpadros@umich.mx) es licenciado y doctor en Psicología por la Universidad Autónoma de Barcelona, España. Tiene máster en Psicología Clínica y de la Salud por el ISEP y especialidad en Psicología Clínica en España. Profesor-investigador de tiempo completo en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo de Morelia. (ORCID 0000-0001-8911-8096).




Recibido: 12/02/2022

Aceptado: 30/09/2022









Cómo citar este artículo

Rosas, P. D., Valdés, K. P., Durán, J. L. y Padrós, F. (2023). Revisión sistemática sobre la asociación entre creencias irracionales y depresión. Caleidoscopio - Revista Semestral de Ciencias Sociales y Humanidades, 26(48). https://doi.org/10.33064/48crscs3535h











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