Reseña de Soto (2009) Psicologías inútiles


Review of Soto (2009) Psicologías inútiles





ÓSCAR GUILLERMO OROZCO SANDOVAL1


Soto Ramírez, Juan (Ed.) (2009).

Psicologías inútiles.

México: Universidad Autónoma Metropolitana; Miguel Angel Porrúa.





Es visible para cualquier miembro de la comunidad científica que en la actualidad se libran numerosos debates sobre lo que la ciencia debería ser, diversas formas de entender el conocimiento, de generar teorías y de aproximarse a los objetos de estudio. A pesar de ello, hay un aspecto de los productos científicos que es deseable o incluso indispensable de manera casi unánime para la comunidad: la utilidad. Si aquello que hacen los científicos es útil para algún propósito, justifica su existencia. El libro que aquí se reseña nada a contracorriente para ofrecernos una alternativa, un espacio para el estudio de los asuntos inútiles, aquellos que el status quo ni se cuestiona en abordar.

En el campo de la psicología las voces que suelen llevar las pautas con respecto a qué formas de aproximación a los fenómenos psicológicos son las adecuadas surgen desde los movimientos positivistas. Basta revisar los planes de estudio de las universidades que gozan de mejor reputación en el país para caer en cuenta de cómo la lógica positivista ha tomado la batuta en cuanto a la formación de estudiantes. Desde este punto de partida, Juan Soto y sus colaboradores no pretenden combatir lo establecido, sino abrir un espacio para las formas y los fondos dejados de lado en esta tradición. Lo útil, según los autores, engloba tanto objetos de estudio como métodos particulares, por lo que Psicologías inútiles dedica sus esfuerzos al estudio de lo inútil, de asuntos “intrascendentes” para la psicología, como la música de arrabal, los medios de transporte, el fútbol o la lucha libre.

La utilidad de discutir sobre lo inútil

El libro hace tomar consciencia de cómo algunos conceptos no son comprehendidos adecuadamente y los tomamos por obvios, por lo que comienza con un análisis semántico sobre la dicotomía utilidad/inutilidad. Según Soto, lo importante no es qué se considera útil e inútil, sino cómo llegamos a considerarlo, de manera que los resultados suelen ser aquello que otorga la última palabra, aquello que llamamos el para qué. En esa búsqueda de propósitos, la tradición positivista ha establecido los criterios para elegir el para qué, dejando de lado un conjunto de objetos y métodos que se consideran irrelevantes. A partir de tal premisa, Soto advierte que Psicologías inútiles es un libro que va sobre formas no positivistas de aproximarse a fenómenos que el positivismo rechaza estudiar.

Ante el propósito de discutir sobre lo inútil, el primer capítulo del libro aborda la inutilidad de la psicología social. Acercamiento filosófico a los problemas de psicología social. No resolver problemas, sino preguntarse por los problemas. Dejar de lado la redacción científica y acercarse a una redacción más narrativa tanto literaria como coloquial. Realizar difusión del conocimiento en términos y condiciones sensibles a la sociedad. Reflexionar, construir y deconstruir cómo actuar inútil y contemplativo.

Para realizar una reflexión sobre lo útil y lo indispensable, César Cisneros realiza en el segundo capítulo un símil entre la anatomía humana y la conformación de la sociedad, así como entre la primera y el devenir de la psicología social. En esta comparación, el oxígeno es el elemento que da vida a un sistema todo organizado por grandes estructuras (órganos del cuerpo, sistemas de creencias a nivel macro, movimientos científicos dominantes en la psicología), siendo el oxígeno una postura a contracorriente, como la rebeldía social, la ideología de izquierda o la hermenéutica y la etnografía.

Por su parte, Salvador Arciga presenta una reflexión sobre los deseos como objeto de estudio de la psicología que fue posible en el siglo XIX y que desde entonces fue olvidado. La reflexión gira en torno a la idea de la ilusión de felicidad como una parte de nuestro psiquismo, la cual se deriva de las condiciones sociales en las que se inserta el hombre y que no necesariamente va de la mano de preceptos lógicos o racionales. Arciga critica la forma en cómo la sociedad ha delegado a la imaginación a un lugar donde no le estorbe al progreso colectivo, a pesar del papel del mito como piedra angular de ciertos propósitos. Concluye reconociendo el papel de la felicidad como sentido moderno de la vida, siendo que la cultura cristiana logró imponer durante siglos el sentido del sufrimiento como fin último humano.

En el cuarto capítulo, Jorge Mendoza explica cómo la música de arrabal, es decir, la que surge de la marginalidad social, plantea una epistemología “de encantamiento” donde el corazón, el amor, el sufrimiento, son entes con los que se puede establecer comunicación y son tratados como a otra persona separada de uno, mientras que en otros momentos la música de arrabal presenta una epistemología “de fusión” donde quien escribe o quien canta es uno mismo con esos entes a quienes cantan, ese corazón, ese amor y ese desamor, que no son parte de uno, sino uno mismo. Así, Mendoza se toma la tarea de ejemplificar de manera basta y diversa esa epistemología citando, por ejemplo, a Rigo Tovar, La Sonora Santanera, Los Cadetes de Linares, Los Invasores de Nuevo León o José Alfredo Jiménez, señalando en cada caso la potencia de lo que se escribe, tomándolo como una expresión de lo que se siente y de lo que se vive en la periferia, de las relaciones fugaces y fracasadas que se experimentan en lo más vulnerable de la sociedad, y no sólo como literatura musical, poesía de palabras huecas.

Hay también alternativas de reflexión semántica, como lo que realiza Marco Antonio González en el quinto capítulo. En ella se busca ir más allá de lo evidente y de lo superficial que hay en los conceptos de los espacios sociales. De entrada, tales espacios se construyen alrededor del supuesto de seguridad para quienes ahí habitan, reflexiona sobre la función de las banquetas como divisor de los espacios públicos y privados, pues ellas se encuentran en el margen de lo personal y lo colectivo, a veces se construyen con esmero de embellecer los espacios públicos, para que se pasee sobre ellas, y a veces se construyen de manera práctica para acelerar el tránsito que sobre ellas se ejerce. Éste y otros espacios se analizan con el propósito de evidenciar sus utilidades en una sociedad organizada sobre la estratificación y la orientación de los individuos hacia unos espacios y no a otros.

Otra reflexión sobre semántica y usos y costumbres la realiza Juan Soto sobre el tema de las divisiones físicas. Las paredes no sólo son estructuras verticales que dividen espacios, sino que son referente de múltiples expresiones culturales como darse contra la pared, andarse por las paredes, una pared como jugada para burlar un contrincante en futbol; pero si la pared es suficientemente larga será una barda, y si sobre ella se pinta una imagen será un mural. Si es una pared redonda será una torreta y si no es una sino muchas paredes ubicadas como un conjunto estrecho será un laberinto. Incluso los vacíos tienen su nomenclatura, como los agujeros, o las ventanas cuando el agujero se decora con vidrios, incluso una parte de pared que resalta del resto con un pequeño barandal será un balcón.

Los medios de transporte tienen su lugar en el análisis de Pablo Fernández Christlieb, quien hace una comparación entre dos grandes tipos de transportes y el estereotipo d los dos sexos humanos. Según Fernández Christlieb, los hombres, o por lo menos su imagen colectiva y sus funciones ante la sociedad, se parecen a los automóviles, diseñados como instrumentos prácticos que cumplen objetivos sencillos, son en cierta medida poco estéticos (se dice “es tan feo como un carro visto desde abajo”), mientras que las mujeres y sus estereotipos se parecen a los transportes náuticos, barcos y aviones por igual, pues su forma de andar por el mundo parece suave, incluso cuando van a velocidades mucho mayores que los transportes terrestres, sus formas son bellas y armoniosas, y su utilidad moderna en muchos casos tiene relación con el lujo y el privilegio. Fernández Christlieb procura también marcar el lugar meramente metafórico de su comparación, donde los estereotipos no son más que eso y no pretende marcar una visión rígida de los sexos.

En cuanto a deportes y formas de entretenimiento, el libro ofrece dos temas que difícilmente podrían ser más del gusto multitudinario del mexicano. El futbol es el llamado deporte más popular del mundo y la afición a él, particularmente expresada en las tribunas de los estadios es el centro de atención del ensayo de Valentin Albarrán. En su escrito remarca lo particular de las aficiones latinoamericanas, famosas por su agresividad y peligrosidad, producto de la excesiva pasión que los hinchas sienten por sus equipos. Pero esa excesiva pasión, según Albarrán, tiene su sentido en la fuerte cohesión que hay entre amor a la camiseta e identidad individual y colectiva. Además de esto, en el texto se explica cómo el comportamiento de los aficionados jamás es igual cuando se encuentran separados, por ejemplo viendo a sus equipos por televisión que reunidos en las gradas del estadio, dando lugar a comportamientos que no son posibles en lo individual.

El otro tema deportivo y de entretenimiento es la lucha libre, presentado por Alfonso Díaz, quien reflexiona sobre asuntos trascendentes de la conformación de las luchas como origen, de corte marginal, pero también construido como un evento de muchos sentidos: la competencia deportiva, la expresión teatral de un combate, y con el paso de los años, otro espacio que permite al público desahogar su cotidianidad. También analiza el significado del conflicto entre técnicos y rudos, que no es otra cosa que la lucha entre el bien y el mal representada por luchadores de estilos tan diversos como La Parka, El Huracán Ramírez, El Perro Aguayo o El Santo, héroes populares con o sin máscara que se abaten mutuamente a través de una danza donde los técnicos actúan como competidores justos, mientras que los rudos se aprovechan de todas las condiciones posibles, luego el público se identifica y apoya al bando que prefiera y lo apoya con gritos, aplausos y conatos de bronca contra otros miembros del público.

La sección final del libro se presenta como la más propositiva, ya que en ella José Morales explica su propósito de una psicología más narrativa, es decir, más apegada a formas de presentación de las ideas escritas que sean accesibles para un mayor número de personas, que no atienda con tanto interés las grandes tablas con estadísticos, que se permita a sí misma la exposición de ideas de manera metafórica y poética y que se reconcilie con el aspecto más artístico de la disciplina no por capricho sino por autenticidad, sin descuidar por ello la claridad y precisión de sus argumentos ni el uso de sus conceptos. Por su parte, Jahir Navalles pone su atención sobre una psicología más teórica, criticando la ruptura entre la creación y renovación de teoría que él observa en la disciplina desde años atrás, ya que incluso percibe que el boom de la psicología aplicada puede ser considerado una moda. Según Navalles, este retorno al fortalecimiento y revisión de la teoría como práctica masiva sería una mejor forma de hacer práctico todo saber generado por la psicología donde se cuestione incluso por la relevancia y contemporaneidad de los problemas a los que se les busca solución.

¿Por qué recomendar un libro tan diverso, podría pensarse, tan poco aterrizado en una sola cosa? Porque abre el apetito para adentrarse a las profundidades de lo alternativo invita a pensar en los problemas que menos se piensan, a pesar de que se encuentren ahí, en lo cotidiano; permite reflexionar sobre las formas de acercarse a los fenómenos que estudiamos e incluso cuestiona la forma como presentamos nuestras discusiones y teorías, la forma como escribimos respecto a ellas. Psicologías inútiles es un libro que pretende captar las suficientes miradas para otorgar de equilibrio a una disciplina cargada hacia unos pocos paradigmas dominantes que difícilmente representan la totalidad que nos es construida.




Notas

1 ogos1109@gmail.com









Cómo citar esta reseña

Orozco Sandoval, O. G. (2019). Reseña de Soto (2009) Psicologías inútiles. Caleidoscopio - Revista Semestral de Ciencias Sociales y Humanidades, 23(41), 267-274. doi:10.33064/41crscsh2134