Comunicación anticipatoria de la ciencia. Una arquitectura relacional para la toma de decisiones


Anticipatory Science Communication. A Relational Architecture for Decision Making




HUGO RUBIO

Universidad del País Vasco UPV/EHU, España




Resumen

Este artículo analiza la potencialidad que un marco basado en la gobernanza anticipatoria y en el principio-guía RRI (Responsible Research and Innovation) puede proporcionar para la formulación de una comunicación anticipatoria de la ciencia capaz de impulsar un proceso emergente y participativo. Con este fin, se critica el concepto de RRI entendido como “RRI-diálogo deliberativo” para complementarlo con una visión “RRI-gobernanza anticipatoria” en la que la comunicación pueda establecerse mediante la coproducción y negociación de imaginarios futuros sobre los lugares de intersección cotidianos de los actores societales en un sistema sociotécnico, orientada al proceso de toma de decisiones. Como resultado, se propone una arquitectura relacional para la comunicación anticipatoria de la ciencia.

Palabras clave: comunicación; ciencia; RRI; gobernanza; anticipación.




Abstract

This paper analyses the potential that a framework based on anticipatory governance and the RRI (Responsible Research and Innovation) guiding-principle may provide so as to formulate anticipatory science communication that is capable of fostering an emergent and participatory process. To this end, the RRI concept understood as an “RRI-deliberative” dialogue is reviewed so that it can be complemented by a “RRI-anticipatory governance” vision where the communication process can be established by co-producing and negotiating future imaginaries concerning the societal actors’ day-to-day points of intersection, and oriented towards a sociotechnical decision-making process. As a result, a relational architecture for anticipatory science communication is proposed.

Keywords: communication; science; RRI; governance; anticipation.









La necesidad de generar un mayor diálogo entre ciencia y sociedad, reflejada inicialmente en el programa europeo “Ciencia y Sociedad” de 2002 (European Commission, 2002), ha producido un incremento de las acciones orientadas hacia la participación en las actividades de la comunicación de la ciencia. Los subsiguientes programas de la Comisión Europea “Ciencia en Sociedad” (2007) y “Ciencia con y para la Sociedad” (2014) han proporcionado líneas de actuación para disminuir las acciones basadas en la divulgación y sustituirlas por otras que utilicen el diálogo y la participación. Estos esfuerzos para la corrección del problema presentan dificultades en la práctica y en los condicionamientos generados por las metodologías utilizadas, pues replican los defectos encontrados en los modelos de divulgación, demasiado lineales e instrumentales. El paso de la divulgación a la participación a través del diálogo produce metodologías planificadas que constriñen el proceso de comunicación de la ciencia y evitan que las capacidades emergentes de los actores societales se desarrollen.

El modelo de comunicación de la ciencia basado en la divulgación (modelo de déficit) es todavía prevalente en la práctica (Simis, Madden, Cacciatore y Yeo, 2016). Ello puede deberse a que, desde el punto de vista científico (del comunicador), los públicos van a procesar la información de una forma racional, y a que los científicos carecen por lo general de formación en materia de comunicación. Los científicos se representan al grupo de “los públicos” como “otros” (no científicos). A su vez, el “modo de divulgación” es sencillo y muy conveniente para utilizarlo como soporte de políticas públicas (Simis, Madden, Cacciatore y Yeo, 2016, p. 409).

Pueden considerarse diversas ideas para superar las limitaciones del modelo de divulgación (Simis, Madden, Cacciatore y Yeo, 2016, p. 409), entre las que están la mejora de las capacidades comunicativas de los científicos, la potenciación de los aspectos sociales en la relación entre ciencia y sociedad y la participación de los actores societales alrededor de áreas problemáticas que les afecten (Nordmann, 2014). En este punto de confluencia de la ciencia con la responsabilidad compartida es donde el concepto de RRI (Responsible Research and Innovation), utilizado como principio-guía, puede contribuir a la comunicación de la ciencia. En el sentido de que, y en función de la definición proporcionada por von Schomberg,

Responsible Research and Innovation is a transparent, interactive process by which societal actors and innovators become mutually responsive to each other with a view to the (ethical) acceptability, sustainability and societal desirability of the innovation process and its marketable products (in order to allow a proper embedding of scientific and technological advances in our society). (von Schomberg, 2011, p. 9)1

La necesidad de modificar el enfoque de la comunicación de la ciencia desde un modelo de divulgación a otro de participación, a través del modelo de diálogo, está reconocida por los distintos grupos de actores societales, aunque su adopción en la práctica no sea sencilla ni de directa aplicación. No está, sin embargo, tan plenamente identificado que los modelos de participación utilizados estén sometidos a importantes limitaciones que replican la linealidad de los procesos de divulgación en los de participación (Felt y Fochler, 2010).

La adopción del modelo RRI (Stilgoe, Owen y Macnaghten, 2013) para la comunicación de la ciencia permite analizar la problemática de la participación a través de sus capacidades constituyentes de anticipación, reflexividad, inclusividad y respuesta activa. Podemos observar cómo la práctica de la comunicación se apoya mayoritariamente en un modelo discursivo (“RRI-diálogo deliberativo”), ya que la participación orientada al modo evento (es decir, limitada en su duración temporal y extensión espacial) recoge tácitamente la necesidad de un diálogo discursivo. Esta situación puede producir ineficiencias o bloqueos en la comunicación de la ciencia. Consecuentemente, argumentamos que los problemas que limitan la evolución de la comunicación de la ciencia deben ser elucidados, proponiendo nuevos modelos de desarrollo en este campo, particularmente orientados al fomento de las capacidades que ofrece la gobernanza anticipatoria (Guston, 2014) basada en RRI (“RRI-gobernanza anticipatoria”), cuyo ámbito de aplicación no se circunscribe solo a la comunicación científica sino a los espacios de toma de decisiones situados en el marco sociopolítico.

El desarrollo del concepto de “comunicación anticipatoria” de la ciencia puede contribuir a minimizar las limitaciones que se encuentran en la práctica, relacionadas con el objeto de la comunicación (el contenido y su transmisión), el lugar para la comunicación (el evento), el modo de comunicación (el diálogo deliberativo), así como el problema del patrocinio y del liderazgo (élites minoritarias). El concepto de “comunicación anticipatoria” de la ciencia puede construirse de forma alternativa como una negociación de escenarios futuros que se produce de forma integrada en el espacio sociotécnico.

En este artículo analizaremos estas cuestiones y realizaremos una propuesta arquitectural para la comunicación de la ciencia que permita distanciarse del modelo de divulgación, facilitando la participación. En la primera sección se ofrece un análisis del proceso de generación de visiones y escenarios futuros (Lösch, Heil y Schneider, 2017; Selin et al., 2017; Grunwald, 2014) donde se explica su integración en la gobernanza de los sistemas sociotécnicos (Borrás y Edler, 2014) con el fin de impulsar la generación de capacidades y la legitimación del proceso. En la segunda sección se continúa con el análisis de la red de interacción como lugar coproducido para la negociación de los futuros visionados (Gross, 2017; Selin et al., 2017; Bielak, Campbell, Pope, Schaefera y Shaxon, 2008). En la tercera sección se analizan los componentes de una arquitectura relacional para la comunicación de la ciencia orientada a la toma de decisiones (Konrad, van Lente, Groves y Selin, 2016; Druckman, 2015; Barben, Fisher, Selin y Guston, 2008) que permita potenciar la participación como capacidad emergente de los públicos. En la conclusión resumiremos los principales argumentos.

Visión anticipatoria y legitimación mediante la generación de capacidades

Los procesos de innovación en los sistemas sociotécnicos están relacionados con la construcción de imaginarios futuros que pueden contribuir a la mejora de los procesos de negociación, comunicación, toma de decisiones e implementación práctica de formas de interacción entre los actores societales. Los imaginarios futuros pueden ser entendidos como visiones de futuro, expectativas o planes de desarrollo concretos. Lösch, Heil y Schneider (2017) plantean analizar cómo la innovación responsable puede beneficiarse de la investigación o desarrollo de escenarios futuros, así como la necesidad de identificar las responsabilidades que este proceso produce en la práctica, lo que contribuye a la adopción de RRI. El desafío consiste en identificar las prácticas de desarrollo de escenarios futuros que mejoren los procesos de responsabilización y en saber cómo fomentar o inhibir ciertos escenarios futuros.

El desarrollo de visiones de futuro contribuye a la producción de conocimiento y forma parte de los procesos de gobernanza que constituyen el sistema sociotécnico. La responsabilidad asociada al proceso de innovación comienza con la generación de las visiones. La responsabilidad de producir las visiones debe ser distribuida y co-generada y está relacionada con la responsabilidad de iniciar el proceso de comunicación al proponer visiones alternativas, ya que

[i]n practice the knowledge derived from such an analytical view is important if one wants to create or use visions in a ‘responsible’ manner. And more: through our perspective it becomes clear that a ‘responsible’ shaping of innovations has to start where the visions are generated, used and distributed. Producers and users of visions are responsible – this should be evident on the basis of our elaborations – because visions lead to the ascriptions of responsibilities among the actors which collectively shape the processes. Only if we know the dynamics of productions and distributions of responsibilities can we know where or on which levels of a certain sociotechnical arrangement and process we could intervene. (Lösch, Heil y Schneider, 2017, p. 140)

Un enfoque responsable de la innovación solo es posible cuando el mismo se orienta a problemas actualmente experimentados por la sociedad y mediante la construcción o propuesta de soluciones innovadoras (Nordmann, 2014).2 No obstante, la responsabilidad nominal de la generación de los distintos modelos de visión o imaginarios futuros no está resuelta en la práctica, requiriéndose un análisis de los procesos de gestión de la anticipación con el fin de elucidar cómo se realiza y cómo se distribuyen las responsabilidades.

Lösch, Heil y Schneider (2017) critican la visión de la innovación propuesta por von Schomberg (2013, p. 65) en la que RRI debe facilitar un proceso de innovación inclusivo donde los innovadores técnicos responden a las necesidades de la sociedad mientras que los actores societales son corresponsables del proceso de innovación mediante propuestas de generación de productos socialmente deseables. La crítica se refiere a la existencia previa de un conjunto de actores societales, que toma forma de acuerdo con las necesidades del proceso. Lösch, Heil y Schneider (2017) señalan que los actores societales que emergen ante un problema no tienen necesariamente que existir previamente, sino que también son producidos, no simplemente reformados, siendo también un producto del proceso de innovación. El proceso de anticipación mediante la generación de futuros produce responsabilidades y las distribuye entre actores societales también producidos.

El proceso de generación de visiones puede analizarse en la práctica con un enfoque socioepistémico considerando cuatro dimensiones. La primera es la visión como interfaz facilitadora de traducciones, que facilitaría la generación de imaginarios entre posibilidades presentes y posibilidades futuras, fomentando la generación de ideas, propuestas, orientaciones y opciones (Anderson, 2010). La segunda es la consideración de la visión como forma de comunicación entre diferentes grupos de actores con diferentes tipos de discurso, creando una visión conjunta referenciable por todos y mejorando las interacciones entre los actores (Star, 2010). La tercera es la función de la visión como visión-guía, que facilita la coordinación de las acciones entre actividades distintas y mantiene la coherencia en procesos de gobernanza en los que las relaciones entre los actores están sujetas a cambio (Böhle y Bopp, 2014). La cuarta es la función de la visión como fuerza normativa (Grunwald, 2014) debido a la aceptación tácita de las visiones generadas.

La generación de visiones y la propuesta de imaginarios futuros son una función distribuida entre los actores societales. La legitimación del proceso puede fundamentarse en la capacidad de todos los actores para poder producir los imaginarios y las visiones, liderando o iniciando el proceso de comunicación. La generación de capacidades puede constituirse enmarcando democráticamente la participación de los actores societales en la comunicación de la ciencia (Selin et al., 2017),3 minimizando el problema de la delegación y separación en la práctica de grupos de actores societales clasificados como expertos o no-expertos (Borrás y Edler, 2014, p. 36). La gobernanza de los sistemas sociotécnicos mediante la participación de los actores de forma emergente es un proceso difuso y distribuido, en el que las acciones son rápidas y cambiantes. El concepto de legitimación en este contexto puede relacionarse con la capacidad de los actores societales para participar en los procesos emergentes y en la asunción de las responsabilidades generadas (Scharpf, 2009, p. 5).

Selin et al. (2017) señalan cómo la literatura sobre la comunicación de la ciencia y la participación ha abordado los procesos de gobernanza en relación con la toma de decisiones y la difusión de las políticas de ciencia y tecnología, prestándose así menos atención a los procesos informales cuando su relación con los procesos de gobernanza eran débiles (Davies, McCallie, Simonsson, Lehr y Duensing, 2009), aun cuando estos procesos informales (cafés, festivales, diálogos informales, foros, blogs y otros) son cada vez más populares y utilizados por gran parte de los actores societales. A pesar de que exista una mayor participación en procesos informales que en conferencias de consenso (Grand et al., 2009), esos procesos son ignorados en la práctica por los sistemas de gobernanza (Powell y Colin, 2009). En ese sentido, parece excesiva la confianza en el proceso discursivo frente a otros tipos de diálogo, dado que

[d]rawing on traditions in deliberative theory in which the production of reasoned argument is central to the process of multi-partner engagement […], analysis has tended to focus on the role of talk or institutional text in constituting engagement. […] There has been relatively little reflection on non-language-based aspects of engagement, such as the role of emotions, embodiment, aesthetics, spaces, or objects […]. This lack is significant because engagement with scientific issues is affected not only by cognitive values but also by affective and behavioral notions. (Selin et al., 2017, p. 3)

Estas prácticas evitan considerar la comunicación como emergente, coproducida, sujeta a contingencias y producto de la intersección entre los actores societales participantes en los sistemas sociotécnicos, planteándola como un proceso lineal en el que los participantes debaten posiciones estáticas. Un planteamiento orientado a la generación de capacidades puede contener los conocimientos y las herramientas necesarias para permitir la participación de un mayor número de actores societales y con un mayor impacto en los problemas cotidianos (Rawlings, 2012), mejorando de esta forma la legitimación del proceso.

El desarrollo de capacidades puede englobar tanto las intrapersonales como las del grupo de actores, o políticas, que se refieren, respectivamente, al grado de capacidad que un individuo posee para entender y actuar sobre temas públicos, y a las capacidades cívicas, referidas a todas aquellas que permiten a los individuos participar constructivamente en proyectos comunes, en tanto expresión de habilidades personales, conocimientos flexibles, pensamiento creativo, capacidad de crítica constructiva y sentido de la responsabilidad (Selin et al., 2017). El proceso de generación de visiones y escenarios futuros requiere la participación del mayor conjunto de actores societales capacitados. El propio proceso es generador de capacidades y se autoalimenta:

[c]itizen capacity building is thus a process by which citizens are equipped, whether through personal maturity, political agility, or civic skills, to engage in public life. While individuals might start with a high level of citizen capacity, it has long been asserted that citizen capacities are in fact built and/or strengthened through participation in public engagement activities […]. In other words, we learn to participate by participating. (Selin et al., 2017, p. 5)

El aumento de la capacidad de los actores puede por lo tanto ampliar y mejorar la eficiencia de los procesos de participación que emergen de forma no lineal y no planificada. Aunque estos procesos tienen vínculos débiles con los procesos de gobernanza guiados o implementados a través de instituciones, son actualmente mayoritarios. Los ciudadanos están expuestos permanentemente a procesos y productos tecnológicos, por lo que la generación de capacidades es fundamental para la democratización y la legitimación de las interacciones entre la ciencia y la ciudadanía.

La red como lugar coproducido para la negociación de futuros

La comunicación de la ciencia puede realizarse mediante un proceso de gobernanza que sustituiría a los procesos tradicionales planificados con el fin de adaptarse a los entornos contingentes de los sistemas sociotécnicos, apoyándose en el principio-guía RRI y en particular en su vertiente de gobernanza anticipatoria, implementada a través del desarrollo de imaginarios futuros y de la visión anticipatoria.

El problema se presenta durante la formulación en la práctica e la concepción y desarrollo de visiones e imaginarios acerca del futuro. En la sección precedente se propusieron cuatro dimensiones para comenzar con este análisis, las cuales pueden proyectarse sobre casos reales. Previamente debe elucidarse cuál es el grado de diseño que un sistema de este tipo debe incorporar, evitando una consolidación en forma de plan, identificando en su lugar un marco de gobernanza que facilitaría la implementación práctica de esta propuesta alternativa para la comunicación de la ciencia.

Los escenarios futuros pueden imaginarse, planificarse o diseñarse. La planificación puede orientarse hacia la predicción de futuros4 o hacia la evaluación de escenarios de contingencia. A su vez, el diseño puede realizarse de forma individual, cooperativa o participativa (Selin, Kimbell, Ramírez y Bhatti, 2015). Asumiendo el objetivo de realizar un diseño que fomente el desarrollo de capacidades de los actores societales frente a la contingencia de los sistemas sociotécnicos, Selin et al. (2017) proponen un marco constituido por cinco principios orientados a la participación.

El primero se refiere al codiseño de las agendas por los actores societales. Los objetivos de los actores pueden aportar intencionalidad al proceso de diseño de forma que sea gobernado de acuerdo con los intereses de todos los actores (Nabatchi, 2012). Las actividades relacionadas con la participación y orientadas a la generación de capacidades necesitan ser lideradas por todos los actores societales, tanto en lo concerniente al contenido como al diseño de los procesos (Selin et al., 2017), de forma que se potencie en la práctica el desarrollo de las capacidades intrapersonales, políticas y cívicas y que se fomente la asunción de responsabilidad del proceso cogenerado.

El segundo propone adoptar un marco socioconstructivista de la tecnología, recogiendo la idea de que la tecnología presenta múltiples facetas sobre las que los actores societales pueden reflexionar de forma creativa. Este enfoque permite la problematización del concepto de “tecnología” de forma amplia, incluyendo además de los aspectos técnicos relacionados con riesgos y beneficios, otros más amplios que recojan problemas y cuestiones societales. La ciencia y tecnología no se analizan como conceptos aislados, sino en relación con las necesidades de todos los actores societales (Marx, 2010).

El tercer principio es el de la integración de la experiencia y se relaciona con la forma en la que la generación de capacidades incrementa el pensamiento crítico de las personas, su grado de autonomía para tomar decisiones, así como su identidad en la forma de generar opiniones, mejorando las habilidades transversales para interactuar y colaborar con otras personas o proyectos (Selin et al., 2017). Ello genera un grado de autoridad entre los actores societales que permite aumentar la igualdad en el establecimiento de las condiciones relacionales entre personas o grupos de discusión. Los grupos o personas menos expertas en determinados aspectos técnicos pueden discutir desde sus perspectivas de interés, evitando el foco sobre lo técnico o científico y ampliándolo a otros aspectos apoyados en la propia experiencia o necesidad (Davies, McCallie, Simonsson, Lehr y Duensing, 2009).

El cuarto se refiere a la deliberación material. La deliberación basada exclusivamente en el discurso puede resultar exclusiva e incluso antidemocrática, ya que privilegia a los expertos en técnicas argumentativas y a los expertos en general. El desarrollo de una forma de deliberación material presenta, no obstante, el problema de su diseño para llegar a ser fluido y continuo.

El quinto está relacionado con el imaginario de futuros, con la capacidad de re-imaginar el sistema sociotécnico desde un punto de vista responsable. Selin et al. (2017) critican las formas de participación ciudadana promovidas en los ejercicios de anticipación y generación de visiones futuras, en los que bien se evalúa un futuro predefinido (tipo predicción) o bien se presenta un futurible abierto sujeto a los deseos y visiones de los participantes, con poco valor crítico. Es deseable un planteamiento orientado a problemas donde los participantes puedan analizar las dificultades que presentan ciertas tecnologías a la hora de adoptar cambios o imponer restricciones fuertes a las decisiones (Kirkman, 2009), así como la dificultad para satisfacer las necesidades heterogéneas de los distintos actores. La generación de imaginarios debe realizarse de forma creativa pero también crítica y realista.

La gobernanza anticipatoria puede apoyarse en un rango amplio de técnicas y métodos con el objetivo de extender el diálogo y lograr el desarrollo de capacidades críticas que permitan un proceso de toma de decisiones sólidamente fundamentado. En la práctica esta idea se ve excesivamente orientada hacia los eventos participativos, diseñados de forma idealizada y en los que la participación no es intensa (Davies y Selin, 2012). La práctica de la gobernanza anticipatoria debe orientarse a acciones menos estructuradas, favorecedoras de acciones emergentes, para fomentar la reflexividad.5

Una propuesta alternativa para la implantación práctica de un sistema basado en la gobernanza anticipatoria que permita la generación de un marco innovador para la comunicación podría desarrollarse bajo dinámicas de negociación de intercambio de conocimiento (Bielak, Campbell, Pope, Schaefera y Shaxon, 2008, p. 201) y, en particular, en la negociación de imaginarios futuros. En este marco, determinados grupos de actores u organizaciones pueden ejercer el rol de mediadores entre las fuentes de conocimiento (que pueden llegar hasta los laboratorios) y los usuarios del conocimiento. Las actividades asociadas a este marco incluirían la identificación de los problemas y necesidades de forma anticipatoria, la gestión de grupos de actores, la propuesta de metodologías para el intercambio del conocimiento y la compartición de ideas, el apoyo mutuo y la mediación (apomediación) para acceder a fuentes seguras de conocimiento.

Bielak, Campbell, Pope, Schaefera y Shaxon (2008) proponen un concepto de comunicación con “c” minúscula6 para desafiar al concepto tradicional de comunicación utilizado en los planes corporativos y en el modelo de divulgación en comunicación de la ciencia, identificando la necesidad de desarrollar modelos alternativos de comunicación de la ciencia, de tipo distribuido, transdisciplinar, recursivo y orientado a problemas cotidianos. La comunicación de la ciencia puede realizarse mediante traducciones de conocimiento, adaptándola a las necesidades, preferencias y canales de cada grupo de actores societales y mediante la negociación en el intercambio de ese conocimiento, es decir, a través de la acción de los mediadores. Estos mediadores son los responsables de las políticas de ciencia, tecnología y comunicación, pero no solo a nivel gubernamental (siendo este su papel más reconocido), sino también a nivel de organización civil o empresarial. De hecho, la mediación puede ser realizada por cualquier tipo de actor societal durante el proceso de liderazgo en la comunicación.7 Esta función puede ser asumida por cualquier organización que de forma responsable identifique entre sus actividades la comunicación de carga científica y la capacidad de provocar un impacto en otros actores societales. En un marco de gobernanza, la función de intermediación no es asignada sino emergente y fundamentada en la responsabilidad, ya que

[a] key finding from this research was that a set of people in Environment Canada clearly identify themselves as working in the intermediary role. Although their official job titles rarely acknowledge that function, they see a core role for themselves as operating at the boundary between science and policy. (Bielak, Campbell, Pope, Schaefera y Shaxon, 2008, p. 209)

Bajo este modelo, los actores mediadores asumen una función en la que la anticipación es fundamental a la hora de realizar las funciones de monitorización y recogida de información y su posterior redistribución en modo negociación entre otros actores societales, suponiendo un cambio en la forma en que se realiza la comunicación de la ciencia.

La construcción de imaginarios puede producirse a varios niveles como es el personal, el organizativo (empresas) o el gubernamental. No obstante, es el nivel organizativo el que resulta de mayor interés debido a dos razones principales. La primera razón es que el desarrollo de imaginarios es una acción colectiva que resulta de un proceso participativo y da legitimidad a sus resultados, compuesta por liderazgos fuertes, pero también por liderazgos distribuidos. La segunda razón enfatiza la necesidad de que las organizaciones sean un vehículo que permita los fenómenos emergentes participativos que los gobiernos no logran construir por la vía de la planificación. Las organizaciones, y en particular las empresas, pueden potenciar la función de apomediación (Bielak, Campbell, Pope, Schaefera y Shaxon, 2008), y ello, por un lado, al demandar el componente científico y técnico de sus actividades (policy pull) mientras que facilitan la comunicación de este mediante prácticas de gobernanza anticipatoria, y, por el otro, al estar orientadas a los actores societales involucrados. Este planteamiento responde a la necesidad de estabilizar el proceso de creación de imaginarios. Como Volker identifica:

We see the crucial elements of imaginaries: they need to be collectively held and they tend to be more stable when they are institutionalized in some form. Moreover, imaginaries need to be publicly performed in order to become or remain stable. (Volker, 2017, p. 118)

El objetivo del análisis es entender cómo puede en la práctica establecerse un marco de gobernanza anticipatoria que incorpore los procesos de generación e intercambio o negociación de imaginarios futuros, más que la identificación de los propios imaginarios producidos. Puede realizarse analizando las actividades en forma de experimentación real, en oposición al concepto de experimento diseñado, identificando los puntos de intersección entre ciencia y sociedad. Gross señala que

[a]n experimental approach in this sense can be conceived of as a way of coordinating the contingent activities of diverse actors and enabling them to continue without interruption despite an acknowledged awareness of ignorance. In the view presented here, today’s experimentality in modern societies did not emerge from social scientists’ recommendations in the service of society and government but is understood as an indicator of societal strategies aimed at dealing proactively with unavoidable uncertainties, surprising events, ignorance and situation-specific experience. One of the central observations is that increasingly successful policymaking and regulation rests on ‘experimental’ frameworks that give actors wide-ranging freedoms to try out novel innovations, modes of implementation and legal regulations which, in turn, need to be evaluated so that the results can be compared with other experimental settings in order to make learning possible. (Gross, 2017, p. 207)

La contingencia surge por la actitud innovadora de los actores, que se despliega socialmente mediante objetos o artefactos. Las innovaciones pueden producirse por cambios normativos, aspectos técnicos o la gestión del cambio en relación con los lugares de uso cotidiano como son el hogar, la oficina o los mercados. La adopción de objetos o artefactos afecta a su capacidad de mediación. Esta capacidad es más alta en el momento de la innovación (Latour, 2008, p. 118) y se va perdiendo a medida que la integramos en lo cotidiano, por lo que hace falta un esfuerzo para que lo cotidiano mantenga la capacidad de mediación. Las disrupciones técnicas, tecnológicas o científicas producen la concatenación de mediadores.

La participación, de esta forma, deja de ser deliberativa de tipo “habermasiana”, es decir, deja de estar basada en la confianza y en el acuerdo. Incorpora otros tipos de interacciones y escenarios menos idealizados en los que la práctica habitual sea la pluralidad y la existencia de diferencias.8

Propuesta de una arquitectura relacional para la comunicación anticipatoria de la ciencia orientada a la toma de decisiones

La toma de decisiones que se plantea en los sistemas sociotécnicos supone que las preferencias sobre los escenarios posibles no están desarrolladas de antemano, sino que hay que desarrollarlas cuando se producen las situaciones concretas (Lichtenstein y Slovic, 2006, p. 1). Los elementos y criterios de evaluación pueden ser desconocidos, las opciones disponibles pueden presentar conflictos entre ellas y la forma de asignarles un valor puede ser compleja. Los procesos de toma de decisiones tampoco son uniformes. No existe una metodología para ello, sino que, por el contrario, emerge de acuerdo con las condiciones contingentes del proceso.

Tampoco existe el concepto absoluto de “decisión correcta” (Druckman, 2015), ya que los grupos de decisión utilizan distintos valores, aunque las decisiones deben formarse sobre valores competentes (Dietz, 2013). La comunicación de la ciencia puede contribuir a la generación de criterios con este fin aportando valor al proceso de toma de decisiones. El objetivo no es conseguir toda la información, ya que ello nos aleja de un planteamiento realista. Ni las personas ni las administraciones pueden pretender obtener información completa, por lo que las decisiones se tomarán en la práctica con información incompleta (Druckman, 2015).

La percepción de poseer información completa o suficiente genera falsa seguridad o razonamientos sesgados. Más información no contribuye siempre a la toma de mejores decisiones e incluso puede causar el rechazo de puntos de vista alternativos que pueden ser correctos. Más importantes que la información en sí misma son los criterios relevantes para cada caso en particular y la forma en que esos criterios se relacionan con la información y los valores a la hora de elaborar el proceso de decisión. La comunicación de la ciencia tiene que establecerse de forma que alcance al proceso de toma de decisiones, ya que la información o las capacidades críticas objeto de la comunicación de la ciencia pueden verse bloqueadas por la tendencia natural de las personas o grupos de actores a reforzar sus posiciones o creencias de partida (Dietz, 2013).

Es deseable que el proceso de toma de decisiones se realice en un entorno socioepistémico más robusto que aquél únicamente basado en datos o información específica, o empírica. Las decisiones no pertenecen sólo al ámbito científico o técnico, sino que se enmarcan en un escenario sociopolítico que afecta a múltiples actores societales, no únicamente a las partes interesadas (stakeholders). La comunicación puede establecerse como un mecanismo para la toma de decisiones basado en una arquitectura relacional y heurística, similar al concepto utilizado por Barben, Fisher, Selin y Guston (2008) de “ensamblaje”9, caracterizado por la disposición de un conjunto de materiales, metodologías, métodos, instrumentos, prácticas, ideas y teorías que favorecen la relación de los actores y la coproducción de conocimiento mediante sus interacciones, en procesos sociopolíticos que se influyen mutuamente, ya que

in the facilitation of interactions, whether among various publics or between STS researchers and various publics, these STS ensembles are aligned with the notion of constructing and shaping decision processes, research practices, levels of public trust, and the transparency of policy processes. (Barben, Fisher, Selin y Guston, 2008, p. 991)

Un entorno socioepistémico robusto requiere el fomento de las capacidades de los actores societales para anticipar las consecuencias de la toma de decisiones a través de la gobernanza anticipatoria, siguiendo procesos estructurados alrededor de marcos o modelos para generar visiones futuras y desarrollar capacidades. La participación estará focalizada hacia la generación de futuros para construir el presente y la valoración de posibles resultados para la toma de decisiones. El proceso anticipatorio supone que los actores societales comprenden la potencialidad del proceso para generar conjuntamente el presente sociotécnico mediante la propuesta, rica e imaginativa, de opciones futuras (Barben, Fisher, Selin y Guston, 2008). Las expectativas, visiones o el diseño de escenarios no son simples descripciones de lo que puede suceder, sino que tienen carácter performativo porque afectan a la construcción colectiva del presente (Konrad, van Lente, Groves y Selin, 2016).

Las expectativas o visiones se producen en espacios colectivos y son heterogéneas, incorporando aspectos no solo científicos sino también económicos o culturales. La comunicación de la ciencia incorpora de esta forma un carácter sociopolítico alineado con los problemas de los actores societales que emergen como resultado de las interacciones sociotécnicas cotidianas.

Dando respuesta a las necesidades de desarrollar nuevas propuestas y metodologías para la participación en la comunicación de la ciencia (Selin et al., 2017; Konrad, van Lente, Groves y Selin, 2016; Barben, Fisher, Selin y Guston, 2008), podemos proponer una arquitectura relacional para la comunicación anticipatoria de la ciencia (ARCAC) estructurada sobre el principio guía “RRI-gobernanza anticipatoria”.

ARCAC se materializa a través de cuatro pilares. El primero propone la sustitución del juego tradicional de contenidos a comunicar por el desarrollo de la acción performativa orientada a la toma de decisiones, relacionada con el análisis de escenarios futuros, y que será desempeñada por los actores societales. El planteamiento de escenarios futuros es un lugar de controversia (Konrad, van Lente, Groves y Selin, 2016; te Kulve, Konrad, Alvial Palavicino y Walhout, 2013) disputado por los actores societales y sus problemas o intereses asociados. Podemos representar el primer pilar de la siguiente forma:



Tabla 1. El objeto de la comunicación en ARCAC


Objeto de la comunicación

Actividad performativa orientada a la toma de decisiones

Grupos de actores societales
Áreas de interés, problemas, soluciones, escenarios y expectativas



El concepto de inclusividad queda ampliado con esta reorientación, ya que el abandono del concepto de contenido a exponer y su sustitución por el binomio actor-problema a tratar evita que la inclusividad se materialice como una acción centrada en el contenido y extendida hacia los grupos de actores. La inclusividad no es un concepto que se proyecta, sino que es central en ARCAC y se manifiesta en la actividad performativa, provocando que las expectativas colectivas movilicen, legitimen y coordinen actividades (emergentes) que construyen el presente, porque

[i]n this way, expectations are seen to contribute to what can be called the de facto governance of science and technology, that is, the patterns and structures of coordination which emerge from the interaction of many actors, intentionally or not. (Konrad, van Lente, Groves y Selin, 2016, p. 468)

Los actores societales pueden trabajar alrededor de un juego de expectativas que implican visiones guiadas, escenarios impuestos, asunciones, determinismos, promesas o futuros inevitables objeto de consideración, permitiendo la coordinación de grupos de actores plurales, y dando paso así a la introducción del segundo pilar, relacionado con el liderazgo del proceso de comunicación y materializado mediante la anticipación interventiva. El proceso de comunicación propuesto utiliza la negociación de escenarios futuros, resultantes de un ejercicio de visionado como herramienta de comunicación. La generación de futuros no es un proceso guiado por un actor societal singular, sino que es emergente, coproducido entre los actores en el ejercicio de la negociación. Podemos reflejar este concepto en la siguiente tabla:



Tabla 2. Objeto y liderazgo de la comunicación en ARCAC


Objeto de la comunicación

Liderazgo para la propuesta de soluciones

Actividad performativa orientada a la toma de decisiones

Anticipación interventiva (foresight)

Grupos de actores societales
Áreas de interés, problemas, soluciones, escenarios y expectativas

Generación coproducida de imaginarios sociotécnicos
Negociación colectiva de futuros
Proceso de invitación



La orientación hacia la negociación de escenarios (Bielak, Campbell, Pope, Schaefera y Shaxon, 2008) permite incluir por diseño (Selin et al., 2017) las capacidades de reflexividad contenidas en el principio-guía de la RRI. Las soluciones pueden ser coproducidas y negociadas por todos los actores societales, permitiendo que los actores capacitados para proponer soluciones tomen el liderazgo inicial mientras que invitan al resto de actores a la participación en la negociación de futuros. El proceso de invitación materializa el concepto de inclusividad. Cualquier actor societal puede iniciar el proceso de comunicación proponiendo juegos de áreas de interés y de actores societales involucrados, iniciando un proceso de invitación a la generación de soluciones.

Este enfoque permite que el liderazgo para la propuesta de soluciones pueda ser distribuido de forma democrática entre los actores societales. Los estudios tradicionales de comunicación de la ciencia se han centrado en las actividades de los científicos y las promesas de la ciencia, mientras que más recientemente la investigación comienza a orientarse hacia las formas en las que se realizan las interacciones entre actores heterogéneos situados en diferentes organizaciones sociopolíticas (no solo científicas) correspondientes a sectores tecnológicos e industriales plurales (Konrad, van Lente, Groves y Selin, 2016).

Este proceso conjunto de generación y negociación de futuros puede adoptar distintas formas de operacionalización, sobre la base de que el futuro no es algo separado del presente, sino algo que puede ser considerado como una parte específica del mismo (Grunwald, 2016, p. 48), como puede verse representado a continuación:



Figura 1. Desarrollo de imaginarios futuros para la toma de decisiones en el presente
Fuente: Grunwald, 2016, p. 51.

Estas formas de generación de imaginarios pueden depender del campo tecnológico, del tipo de industria o de la forma de innovación utilizada para producirlos. En campos sometidos a presiones competitivas puede generarse un régimen economicista mientras que en otros puede predominar la colaboración (como es el movimiento open source) o la búsqueda de estados potenciales cercanos, aunque no consolidados (como son el vehículo eléctrico, la fusión nuclear, los tratamientos médicos basados en modificaciones genéticas o la nanotecnología). La gestión de los imaginarios futuros puede ser diferente incluso en el seno de las mismas sociedades e instituciones (Konrad, van Lente, Groves y Selin, 2016), constituyendo un sistema de gobernanza por sí misma.

La anticipación interventiva, o la capacidad de construir el futuro mediante acciones colectivas en el presente de forma intencional (Konrad, van Lente, Groves y Selin, 2016), permite construir una arquitectura relacional capaz de modular mediante la coproducción de conocimiento las direcciones del desarrollo tecnológico o los productos resultantes de la actividad científica. La propuesta de Grunwald (2016) de interpretar el futuro imaginado puede ser complementada diseñando interventivamente las formas en que los imaginarios futuros son generados (Selin et al., 2017; te Kulve y Rip, 2011).10

Konrad, van Lente, Groves y Selin (2016) critican el carácter guiado de estas aproximaciones y sugieren el desarrollo de otras nuevas que eviten de forma explícita el uso de escenarios preconfigurados por expertos y permitan la participación genuina de los actores societales de forma alternativa a los grupos de trabajo tradicionales, utilizando para ello las posibilidades de la deliberación material (Fischhoff, 2013; Marres, 2012; Davies, Selin, Gano y Pereira, 2012) que emergen en los puntos de intersección del sistema sociotécnico.

Este concepto permite introducir el tercer pilar de ARCAC, relacionado con el modo utilizado para la comunicación. La propuesta es expandir el diálogo deliberativo contenido en los programas tradicionales de RRI11 (“RRI-diálogo deliberativo”) —diálogo que podríamos considerar como necesario pero no suficiente— a través de otros modos de participación y diálogo basados en la materialidad de los mencionados puntos de intersección, permitiéndose así el aumento del nivel de participación en el proceso de la comunicación, como se muestra en la Tabla 3.



Tabla 3. Objeto, liderazgo y modo de la comunicación en ARCAC


Objeto de la comunicación

Liderazgo para la propuesta de soluciones

Modo material de participación

Actividad performativa orientada a la toma de decisiones

Anticipación interventiva (foresight)

Espacio de interacción entre ciencia y sociedad (engagement)

Grupos de actores societales
Áreas de interés, problemas, soluciones, escenarios y expectativas

Generación coproducida de imaginarios sociotécnicos
Negociación colectiva de futuros
Proceso de invitación

Materialidad
Cotidianidad
Diálogo material sobre la participación ya existente



La anticipación interventiva permite generar diferentes posibilidades futuras a través de prácticas participativas evitando la aceptación de futuros que pueden plantearse como ya establecidos. El futuro es generado o modulado en el presente y gestionado en forma de expectativas, normas o leyes y también en forma de objetos materiales a través de cuya utilización pueden establecerse prácticas participativas, reflexivas y responsables. De esta forma pueden evitarse los modelos lineales y puede mejorarse la gestión del cambio de los sistemas sociotécnicos, caracterizada por los efectos emergentes, la contingencia o la forma difusa en la que la sociedad se relaciona con la ciencia (Konrad, van Lente, Groves y Selin, 2016).

Podemos realizar esta tarea examinando los imaginarios futuros con el fin de entender las trayectorias tecnológicas (motivaciones o agendas políticas) que se están estableciendo en el presente.12 Konrad, van Lente, Groves y Selin (2016) introducen como ejemplo el caso en el que una empresa publica sus estados de cuentas anuales y sus previsiones de negocio, indicando que en vez de buscar precisión en los datos deben identificarse las motivaciones que condicionan sus prácticas comerciales y la orientación de su investigación e innovación.13 Esta acción puede realizarse de una manera amplia sobre diversas actividades que realizan las empresas u organismos privados o públicos y, en particular, sobre las que interaccionan cotidianamente con los actores societales.

Existen múltiples lugares de interacción entre empresas o entidades y los actores societales. Cuando una organización sanitaria interacciona con un paciente o cuando una organización alimentaria diseña su oferta, puede realizarse un ejercicio de visionado futuro para analizar si lo que se está realizando en el presente es lo deseable y si pueden existir alternativas más convenientes para el futuro, el presente o ambos. En este punto se establece la comunicación de la ciencia, se fomenta la participación, se genera la coproducción de conocimiento y pueden proponerse nuevas metodologías participativas que establezcan una “revisión por pares” (Konrad, van Lente, Groves y Selin, 2016), cuyo papel puede ser extendido a todos los actores societales.

De esta forma pueden combinarse diversos tipos de conocimiento en una actividad conjunta de generación de imaginarios futuros coproducida entre varios tipos de actores societales, aunando conocimientos profesionales y experiencias personales en procesos reflexivos orientados a la toma de decisiones o a la generación de políticas públicas que permitan el aprendizaje colectivo. El futuro, construido desde el presente, permite abrir o considerar las alternativas actuales desde otra perspectiva que está más allá de lo que la experiencia actual puede proporcionar, constituyéndose como una herramienta para el análisis crítico.

Este planteamiento necesita ser integrado (Barben, Fisher, Selin y Guston, 2008) en el espacio sociotécnico para que pueda ser viable y pueda tener lugar en la práctica, lo que puede lograrse mediante el establecimiento del cuarto pilar de ARCAC, el lugar para la comunicación, a través de la integración sociotécnica, como se representa a continuación:



Tabla 4. ARCAC. Una arquitectura relacional para la comunicación anticipatoria de la ciencia orientada a la toma de decisiones


Objeto de la comunicación

Liderazgo para la propuesta de soluciones

Modo material de participación

Lugar para la comunicación

Actividad performativa orientada a la toma de decisiones

Anticipación interventiva (foresight)

Espacio de interacción entre ciencia y sociedad (engagement)

Integración sociotécnica (integration)

Grupos de actores societales
Áreas de interés, problemas, soluciones, escenarios y expectativas

Generación coproducida de imaginarios sociotécnicos
Negociación colectiva de futuros
Proceso de invitación

Materialidad
Cotidianidad
Diálogo material sobre la participación ya existente

Microeventos
Colaboración entre sectores
Calidad y robustez de la red epistémica



La arquitectura cubre tres áreas problemáticas, la anticipación (foresight), la participación (engagement) y la integración (integration), descritas por Barben, Fisher, Selin y Guston (2008), aunque es la parte correspondiente a la integración la que tiene la capacidad de generar una solución funcional o ensamblaje ya que las dos primeras tienen que integrarse en los procesos sociotécnicos para conseguir modular sus resultados.

Los esfuerzos en esta dirección han estado tradicionalmente orientados a la integración de las actividades científicas —sobre todo las realizadas en el laboratorio— con las actividades sociales orientadas a la participación y al desarrollo de procesos reflexivos (Barben, Fisher, Selin y Guston, 2008). Este tipo de interacciones han sido denominadas como “modulación” (Rip, 2006), por ser indicativas de la limitada capacidad de actuar sobre la dinámica científica, o también como “zonas de negociación”, en las que los participantes no científicos pueden coproducir conocimiento a la vez que se desarrollan capacidades críticas (Fisher, 2007). En particular, es relevante la zona denominada como “midstream modulation”, la cual hace referencia a la fase de desarrollo de una tecnología antes de que sea utilizada para la comercialización de productos (o a la fase incipiente de la comercialización), pero después de que se hayan aprobado los procesos de autorización y financiación (Schuurbiers y Fisher, 2009). En este punto, la mayor parte de las decisiones, relacionadas los factores societales, pueden ser tomadas (Schuurbiers y Fisher, 2009), generándose así lugares de intersección entre los productos de la ciencia y los actores societales.

Conclusión

La comunicación de la ciencia se encuentra en un punto de estancamiento debido a la sencillez de diseñar actividades orientadas a la divulgación de contenidos y a la necesidad de aumentar el grado de participación, que se consigue de forma forzada, mediante la creación de eventos con un diseño guiado para provocar el diálogo discursivo. Como consecuencia, se produce un despliegue de eventos que alcanzan a un porcentaje muy pequeño de la ciudadanía y que no generan un diálogo genuino, sino excesivamente condicionado.

Como respuesta a este problema se propone una arquitectura relacional para la comunicación anticipatoria de la ciencia estructurada en cuatro pilares, con una orientación a la coproducción de conocimiento para la toma de decisiones, que puede implementarse de forma práctica y simétrica por todos los actores societales. Esta arquitectura se propone como marco de gobernanza, y pretende sustituir una concepción de comunicar ciencia basada en la elaboración de planes de comunicación específicos. Puede ser adoptada de forma responsable por cualquier grupo de actores, eliminando la necesidad de un patrocinador externo. El objeto deja de ser el contenido, sustituyéndose por un juego de problemas identificado por la entidad que quiere realizar el ejercicio de comunicación, junto con los actores societales invitados.

La comunicación se desarrolla sobre la base del concepto “RRI-gobernanza anticipatoria”, realizándose mediante un ejercicio de anticipación interventiva, que permite la generación y negociación conjunta de futuros (Selin et al., 2017; Konrad, van Lente, Groves y Selin, 2016; Bielak, Campbell, Pope, Schaefera y Shaxon, 2008). La participación material complementa al diálogo deliberativo y facilita la inclusividad de actores en los puntos físicos de intersección. Todo este proceso se materializa a través de la promoción de dinámicas de integración en el seno de los sistemas sociotécnicos. La comunicación anticipatoria desarrollada de esta forma puede considerarse un elemento de la gobernanza anticipatoria.

Una articulación basada en los sistemas de información para el desarrollo de un proyecto smart city que incorpore la arquitectura relacional para la comunicación anticipatoria de la ciencia podría ser un complemento de interés para explorar futuras aplicaciones de esta propuesta. Podría aplicarse, a modo de ejemplo, al sistema de salud, integrando una herramienta smart health capaz de proporcionar información de calidad (apomediación) a los ciudadanos y sirviendo de apoyo a los profesionales. De esta forma podría generarse una negociación de escenarios futuros y alternativas, potenciando la participación y la comunicación dentro del sistema sociotécnico.


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Notas

1 Para una caracterización de RRI alternativamente complementaria, véase por ejemplo: Stilgoe, Owen y Macnaghten (2013).

2 Es relevante la mención a problemas actualmente experimentados por la sociedad, ya que los actores societales que trabajen alrededor de determinado problema están situados en un punto de intersección entre la ciencia y la ciudadanía y emergen al encontrarse con el problema. Este punto también es defendido por Marres (2005, p. 68). No obstante, Nordmann no es defensor de la anticipación y la critica considerándola una herramienta con poca capacidad de predicción. En contra de la idea de Nordmann, el objeto de la anticipación desde la perspectiva de la gobernanza anticipatoria no es realizar predicciones, sino cogenerar futuros posibles con el fin de coproducir también el presente.

3 Este planteamiento contribuye a la conceptualización de la idea de legitimación. Según Borrás y Edler (2014, p. 34), la idea de legitimación está contemplada frecuentemente en la literatura de forma normativa, aunque su conceptualización está poco desarrollada, detectándose la necesidad de analizarla y definirla con mayor precisión con el fin de poder proceder a su operacionalización. Un punto de partida puede encontrarse en la aceptación de los procesos de gobernanza, así como de sus productos, por parte de los actores societales.

4 La planificación de escenarios futuros (predicción) es práctica habitual en los planes empresariales y es un enfoque que se evita en la presente propuesta de comunicación de la ciencia. La planificación de escenarios de contingencia también es habitual en la práctica empresarial, reconociéndose la dificultad de planificar de forma certera (Freedman, 2016, pp. 914–1008).

5 La dificultad de diseñar este tipo de marco se ve, paradójicamente, en el ejemplo que proponen Davies y Selin (2012) en referencia a las actividades realizadas en un programa de investigación organizado por el Center for Nanotechnology in Society at Arizona State University (CNS-ASU), con el fin de entender el proceso de generación de capacidades para la gobernanza anticipatoria en el entorno de la nanotecnología. En el mismo texto pueden identificarse críticas al modelo estructurado y excesivamente deliberativo, como puede verse a continuación:

Deliberative theory, however, is somewhat notorious for being rather better defined in ideal-type arguments than it is understood in practice […]. (Indeed, we would suggest that many calls for public participation can similarly err toward the glib, with little reflection on the situated nature of participatory practice […]. (Davies y Selin, 2012, p. 125)

6 Este concepto es similar al del liderazgo con “l” minúscula que pretende transmitir la idea de que, acompañando al liderazgo tradicional de un líder fuerte y visible, se encuentra frecuentemente la acción distribuida de muchos líderes también fuertes pero menos visibles, sin cuyo concurso la acción del líder visible podría encontrarse comprometida (Townsend y Gebhardt, 2003).

7 Bielak, Campbell, Pope, Schaefera y Shaxon (2008) plantean esta acción como un cambio en la comunicación de la ciencia, que pasaría a establecerse como un lugar de intercambio y negociación de conocimientos. En lugar de difundir la ciencia (science push), los responsables de las políticas de ciencia, tecnología o comunicación de cualquier tipo de entidad realizarían una ingesta de conocimiento que posteriormente transformarían (policy pull) para adecuarla a las capacidades de negociación de los actores societales.

8 En la propuesta de Habermas de participación deliberativa el acuerdo se construye sobre las tres condiciones fundamentales de verdad, sinceridad y corrección normativa. Blok (2019) argumenta que estas condiciones idealizadas no son las habituales cuando se comunican los actores societales, dado que en esas situaciones predomina el pluralismo (no hay una verdad), existen áreas de interés que comprometen la sinceridad y prevalece una falta general de consenso. Este es el marco real en el que hay que desarrollar el principio-guía RRI.

9 Este concepto se encuentra en la asociación “latouriana” ciencia-ciudadanía (Latour, 2008, pp. 47–69), en los foros híbridos de Callon (Callon, Lascoumes y Barthe, 2009, p. 29), o en la asamblea etno-epistémica (Irwin y Michael, 2003, p. 111). El concepto de “asamblea etno-epistémica” se relaciona con la emergencia de nuevas asociaciones, creando admixtures of science and society(Irwin y Michael, 2003, p. 113).

10 La posición respecto a la gestión de imaginarios sociotécnicos está más orientada en el caso de Selin o Konrad a la intervención o la forma de generar los mecanismos que a su vez generan los imaginarios. En cambio, la de Grunwald o Lösch es más interpretativa y está más orientada a la forma en que los imaginarios futuros condicionan el presente. Este último caso se centra en las expectativas que presentan unos futuros ya establecidos mientras que el primero tiene un carácter más performativo e intencional que pretende abrir las posibilidades futuras de forma plural.

11 Los programas tradicionales de RRI que denominamos “RRI-diálogo deliberativo” son los representados por la Comisión Europea (con marcado carácter economicista), por von Schomberg (con marcado carácter “habermasiano”) y por Stilgoe, Owen y Macnaghten (2013). Complementando estos modelos, la presente tesis propone el concepto “RRI-gobernanza anticipatoria” como base para la comunicación de la ciencia.

12 Este planteamiento se opone a las posiciones cerradas o deterministas del futuro defendidas por autores como Lösch y Grunwald, o a las simplemente devaluadas, en la línea de Nordmann, en las que el futuro sobreviene y es difícilmente modulable. Konrad, van Lente, Groves y Selin (2016), a la inversa, proponen entender (además de construir) el presente mediante la generación de imaginarios futuros, de forma semejante a la manera en la que podemos, desde el presente, mirar al pasado y entenderlo con mayor profundidad.

13 En particular, se expone cómo los investigadores y profesionales de los estudios de ciencia y tecnología pueden intervenir para contribuir a la generación de los imaginarios futuros, así como para aportar formas de evaluar ventajas, inconvenientes, resultados, problemas y alternativas. Esta labor, además de a los profesionales de los estudios de ciencia y tecnología, debe incluir a todos los actores societales, como propugna el principio-guía RRI, facilitando el proceso de participación.


Agradecimientos

La elaboración de este trabajo ha contado sobre todo con la ayuda de Andoni Ibarra, a quien agradezco sus comentarios críticos y aportaciones en relación a la conceptualización de los problemas analizados. También agradezco a Sergio Urueña su constante y valioso apoyo durante el proceso de redacción del artículo. Finalmente, me gustaría reconocer la labor de las/os revisoras/es y editores a lo largo de todo el proceso de publicación.




Acerca del autor

Hugo Rubio (hugoruve@gmail.com) es máster y doctor en “filosofía, ciencia y valores” (Universidad del País Vasco UPV/EHU, Universidad Carlos III de Madrid y Universidad Nacional Autónoma de México). Es, además, ingeniero industrial (Universidad de Navarra), máster en dirección de empresas (Universidad de Deusto), MBA (Warwick University) y diplomado en marketing (Chartered Institute of Marketing). Ha desempeñado su carrera profesional en la industria de las tecnologías de la información (ORCID 0000-0001-8309-0942).




Recibido: 20/03/2019

Aceptado: 06/06/2019









Cómo citar este artículo

Rubio, H. (2020). Comunicación anticipatoria de la ciencia. Una arquitectura relacional para la toma de decisiones. Caleidoscopio - Revista Semestral de Ciencias Sociales y Humanidades, 24(43). doi:10.33064/43crscsh1820











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