Reseña de Ramírez (2018) El sublime arte de Apeles. Historia de la enseñanza del dibujo en Aguascalientes (1832-1925)
Review of Ramírez (2018) El sublime arte de Apeles. Historia de la enseñanza del dibujo en Aguascalientes (1832-1925)
CALIOPE MARTÍNEZ1
Ramírez Hurtado, Luciano (2018).
El sublime arte de Apeles. Historia de la enseñanza del dibujo en Aguascalientes (1832-1925).
Aguascalientes: Universidad Autónoma de Aguascalientes.
Primero que nada quiero agradecer al Dr. Luciano Ramírez por la invitación a presentar su libro2. Es un honor, muchas gracias, Luciano. Segundo, visibilizar que en esta mesa-presentación estamos dos mujeres, abonando por la equidad de género en la Universidad que tanto lo necesita en la práctica en todos sus espacios y actividades. Un acierto, sin duda, de parte de Luciano. Es un gusto compartir esta mesa, además, con Gaby Itzagueri y Enrique Rodríguez Varela.
El libro que hoy presentamos, El sublime arte de Apeles. Historia de la enseñanza del dibujo en Aguascalientes (1832-1925). Artistas y artesanos a la vanguardia de la cultura y la civilización, del Dr. Luciano Ramírez Hurtado, es uno que, desde el título, nos seduce y plantea la dimensionalidad a tratar3.
Apeles es el ejemplo más sobresaliente de la cultura griega, donde el arte del dibujo alcanzó la perfección. Parafraseo a Felipe Semeria, quien fuera el primer director de la primera Escuela de dibujo de Aguascalientes entre 1832 y 1835 y que Luciano trata en el capítulo dos, no sin antes llevarnos por un recorrido histórico previo del desarrollo y desempeño de las Academias de Arte hasta llegar a Zacatecas y Aguascalientes, apuntando la necesidad de estudios sobre las escuelas de dibujo de Zacatecas—llamado que el mismo Aurelio de los Reyes hace en el prólogo—para entonces sí, entrar completamente al estudio de la enseñanza del dibujo en Aguascalientes entre el capítulo dos y siete. En estos seis capítulos, el autor nos demuestra, que, si bien todos los procesos nacionales y locales entre 1832 y 1925 marcaron cortes históricos en la enseñanza del dibujo, esta tiene su propia historicidad, paralela sí, pero que tiene a lo largo de casi cien años sus propias dinámicas, vinculadas a procesos políticos, económicos y sociales.
A lo largo de estos seis capítulos, Luciano identifica los distintos elementos constitutivos de la historia de la enseñanza del dibujo: (a) la importancia de la función de la enseñanza del dibujo para el desarrollo de las artes manuales en beneficio de los artesanos, uno de los principales grupos a los que fue dirigida la Academia y Escuela de Dibujo y, sin duda, la formación de artistas; (b) los métodos de enseñanza y aprendizaje utilizados y aplicados a lo largo de este periodo de estudio; (c) los manuales europeos de la enseñanza del dibujo que circularon desde la primera mitad del siglo XIX; (d) la materialidad, esto es, los materiales necesarios para la enseñanza; (e) los espacios o edificios adecuados para este fin y (f) las técnicas.
Son notorios los tiempos históricos de la enseñanza del dibujo—marcados por procesos más amplios--y su influencia en la continuidad o no de los directores de la academia. Se distinguen dos grandes periodos. Uno es el de inestabilidad política, marcada por las guerras civiles, los cambios de gobierno y las intervenciones extranjeras de 1832 a 1867, en el cual vemos una ida y venida de directores, cierres temporales, reaperturas. El otro es el periodo estable, con el triunfo del liberalismo de 1867 a 1925, interrumpido este último con la revolución mexicana, que volvió a traer inestabilidad y cambios importantes hasta el fin de la academia de dibujo. Es particularmente notorio que la estabilidad de la academia estuviera también marcada por la creciente burocratización de la enseñanza en general y la del dibujo en particular, conforme se fueron clarificando los proyectos nacionales de educación.
Hay que destacar el rigor metodológico y la profunda investigación documental realizados por el autor, lo que permitió definir claramente estos periodos históricos propios de su objeto de estudio. Se trata de una investigación que se consolida como un referente en la historiografía del arte en Aguascalientes, tan necesaria y urgente en un contexto en donde la profesionalización de las artes y los estudios del arte contemporáneo son cada vez más fuertes, pero en el cual es necesario mirar hacia atrás para dimensionarnos en un contexto más amplio e identificar las rupturas, los cambios y algunas continuidades de casi dos siglos. En el epílogo, el autor nos invita a pensar, retomando a Gabriela Itzagueri, la necesidad de pensar en la posibilidad de introducir nuevamente la enseñanza del dibujo en el particular contexto local actual.
El libro El sublime arte de Apeles contribuye a ahondar en el conocimiento del artesanado, las relaciones culturales, la educación, la circulación de las ideas a través de migraciones de extranjeros y nacionales; nos permite ver a través de la formación de grupos culturales a personajes hasta ahora poco conocidos, sus relaciones con el poder, la economía y la sociedad; es pues, un libro que nos permite acercarnos verdaderamente a la historia cultural de Aguascalientes a través de uno de sus ejes rectores: las artes y el artesanado. Además, nos permite ver a personajes ya reconocidos por la historiografía de Aguascalientes desde una perspectiva que nos deja redescubrirlos porque se amplía el horizonte. Podemos encontrar a Jesús Terán, Pablo N. y José Ma. Chávez, Saturnino Herrán, Posada, Francisco Díaz de León, Enrique Fernández Ledesma y Ramón López Velarde, entre otros, desde una óptica distinta. Otro acierto es que se empieza a vislumbrar a las mujeres en el arte, un tema prácticamente virgen en Aguascalientes.
Este libro, me atrevo a decirlo, es un referente de la historiografía cultural del arte en Aguascalientes y semillero para nuevos estudios sobre artesanos, artistas, gráfica, educación artística, prácticas culturales, etc. Cuando ustedes lo lean—porque tienen que leerlo si les interesa la cultura, además de que es un libro de lectura amena y sencilla, otro acierto—identificarán un Aguascalientes decimonónico y de principios del siglo XX distinto que nos permite explicar en parte los fenómenos generacionales que han trascendido en la vida cultural y artística nacional y que tienen su origen en esta región.
Como bien apunta el autor, en la Academia Municipal de Dibujo podemos encontrar antecedentes del Instituto Aguascalentense de Bellas Artes y, por lo tanto, del Instituto Cultural de Aguascalientes. Es cierto, faltan muchas investigaciones que nos den mayores luces sobre la historia cultural y artística de Aguascalientes, pero es tiempo de voltear hacia atrás y dejar de pretender imitar modelos ajenos y lejanos. Estoy segura de que si revisamos nuestros pasos, si enseñamos a los estudiantes de artes el porqué de esta ebullición cultural actual en Aguascalientes, pueden, tal vez, repensarse a sí mismos y generar discursos artísticos sólidos. En este tenor, Luciano nos entrega hoy una investigación estimulante. Muchas gracias, Luciano. Muchas gracias a todos.
Notas
1 caliope.martinez@hotmail.com
2 Esta reseña fue preparada para el evento de presentación del libro el 13 de abril de 2018 en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Aguascalientes.
3 La edición no venial del libro está disponible en https://www.uaa.mx/direcciones/dgdv/editorial/docs/ve_sublime_arte_apeles.pdf
Cómo citar esta reseña
Martínez, C. (2018). Reseña de Ramírez (2018) El sublime arte de Apeles. Historia de la enseñanza del dibujo en Aguascalientes (1832-1925). Caleidoscopio - Revista Semestral de Ciencias Sociales y Humanidades, 22(39), 155-158. doi:10.33064/39crscsh1425