Análisis De La Relación Entre La Feminización Del Cuidado Y Las Políticas De Conservación Neoliberal En México

Mónica Alexa Beristain Zapata

alexaberistainzapata@hotmail.com

Resumen

En el siguiente artículo se exploró la relación que existe entre la feminización del cuidado y las políticas de conservación neoliberal, analizadas desde el contexto de México. Se utilizó una metodología cualitativa con artículos y encuestas como fuentes principales de análisis. Se buscó desarrollar la relación que existe desde un marco teórico general sobre los cuidados y la conservación neoliberal y se conectó con el contexto de México para finalmente resumirla en los siguientes tres puntos: 1) la invisibilización del problema real por parte del capital para la obtención de un beneficio, 2) reconceptualización y 3) uso de la distribución desigual de poder para perpetuar la opresión.

Palabras clave: Trabajo de cuidados, conservación neoliberal, ecofeminismo

Abstract:

The following article explored the relationship between the feminization of care and neoliberal conservation policies, analyzed from the context of Mexico. A qualitative methodology was used with articles and surveys as the main sources of analysis. It sought to develop the relationship that exists from a general theoretical framework on neoliberal care and conservation and was connected with the context of Mexico to finally summarize it in the following three points: 1) the invisibility of the real problem by capital to obtain of a benefit, 2) reconceptualization and 3) use of unequal distribution of power to perpetuate oppression.

Key words: Care work, neoliberal conservation, ecofeminism

Introducción

La manera en la que se organizan las sociedades y los roles que juega cada sector en ella, son factores clave para la formación de las economías y políticas que rigen a la sociedad. Entre estas divisiones existen la división sexual del trabajo, en la que las mujeres han sido relegadas a la esfera privada, feminizando ciertas características como el cuidado, quitándole el carácter formal al trabajo doméstico, y, por lo tanto, la capacidad de las mujeres de negarse a hacerlo.

Por otra parte, el humano ha aprovechado los recursos propios del medio ambiente para obtener beneficios y crear nuevos productos que cubran las necesidades que cada sociedad requiere. No obstante, con la llegada de la globalización se crearon necesidades nuevas y fue menester obtener aún más recursos del medio ambiente; trayendo como consecuencia el deterioro ambiental.

La implementación del modelo neoliberal en México fomentó la libertad de mercado, y con ello la globalización. Bajo una jerarquía patriarcal claramente estructurada, en la que los hombres tienen dominio en la esfera pública por encima de las mujeres y los ricos por encima de los pobres, analizar las relaciones de poder y su impacto en la toma de decisiones públicas es indispensable para comprender que las acciones que las personas en estratos de poder toman, afectan recíprocamente a la sociedad y al medio ambiente.

El objetivo de este artículo es establecer y demostrar la relación entre la feminización del cuidado y las políticas de conservación neoliberal que se resumen en tres puntos: 1) la invisibilización del problema real por parte del capital para la obtención de un beneficio, 2) reconceptualización y 3) uso de la distribución desigual de poder para perpetuar la opresión.

Marco conceptual

El cuidado como rasgo o deber femenino

Debido a la asociación que hacía desde finales del siglo XVIII entre el trabajo, el mercado y el salario como parte del discurso capitalista, se comenzó a desvalorizar económicamente el trabajo doméstico. Prueba de esto fue que, en las primeras décadas del siglo XX, las mujeres que realizaban trabajos domésticos para sus familias pasaron de ser consideradas “trabajadoras domésticas” a ser parte de los grupos inactivos o improductivos, lo que fomentó su opacidad. (Borderías citado en Carrasco, Borderías, & Torns, 2011) A esto, Federici lo llamó el “patriarcado del salario”[1].

Con la llegada de las nuevas teorías sobre los agentes patógenos se intensificaron y prolongaron las tareas domésticas y de higiene. Sin embargo, “de manera progresiva se fueron percibiendo menos como trabajo y más como producto del amor maternal, indelegable por tanto en su dimensión emocional al servicio doméstico, y puesto, además, constantemente a prueba por su justa adecuación al discurso <<experto>>”. (Ehreinreich y English citado Carrasco, Borderías, & Torns, 2011)

Todo esto, Federici lo considera como una causalidad del capitalismo. En sus palabras acerca del trabajo doméstico: “el capital tenía que convencernos de que es natural, inevitable e incluso una actividad que te hace sentir plena, para así hacernos aceptar el trabajar sin obtener un salario.” (Federici, 2013, pág. 23) Además, su condición no remunerada significaba una ventaja para que se mantuviera de esa manera, pues invisibilizaba su condición de trabajo, ya que impedía que las mujeres pudieran rebelarse contra él, o limitando esta rebelión al ámbito privado, donde se ridiculizaba y juzgaba el rechazo de las mujeres de cargar con esta responsabilidad solas. Además, es indispensable reconocer que la opresión de la feminización del cuidado no excluye a las “mujeres profesionales”, sino que les da una doble carga de trabajo.[2] (Federici, 2013)

El trabajo de cuidados en México

Según la Encuesta Laboral y de Corresponsabilidad Social 2012 (ELCOS 2012) realizada por INMUJERES en coordinación con el INEGI, la feminización del cuidado se ve reflejado en los datos, ya que “tres cuartas partes de las personas que proporcionan cuidado al interior de los hogares son mujeres.” Además, de que la mayor parte del trabajo de cuidados es no remunerado, pues “entre 81.8 y 90.4% [personas que realizan cuidados] son integrantes del mismo hogar”.

En cuanto a las condiciones socioeconómicas de las mujeres que realizan trabajos de cuidados, en la encuesta se establece que “las mujeres realizan actividades de cuidado independientemente de su condición de participación en actividades económicas.”. Sin embargo, tener que realizar tareas de cuidados presenta un obstáculo en la participación económica de las mujeres:

Tabla 1: Condiciones socioeconómicas de las cuidadoras

Tiempo parcial

Jornada completa

Motivos para no querer aumentar su jornada laboral

Cuidan

42.5%

29.7%

43.8% “está embarazada o tiene que cuidar a sus hijos o hijas”

7.7% que “cuida a algún familiar enfermo o adulto mayor”

No cuidan

33.6%

34.9%

36.1% “prefiere tener tiempo para su persona”

13.0% “está estudiando o quiere continuar” o tienen que ver con la inseguridad pública y con que “no la deja un familiar”.

Fuente: Elaboración propia.

Finalmente, las mujeres que desean integrarse al mercado laboral presentan una desigualdad de oportunidades, ya que “solamente 17.0% de las que realizaban actividades de cuidado señalaron que podrían trabajar para el mercado porque <<estudió una carrera técnica o tiene una carrera universitaria>>”. Según la encuesta, esta diferencia puede ser reflejo de las menores oportunidades para capacitarse de las mujeres que realizan cuidados que las que no. (INMUJERES; INEGI, 2012, págs. 2-23)

La conservación neoliberal

La conservación neoliberal (CN) “supone que la naturaleza sólo puede ser preservada si se asigna un valor económico a sus componentes y si su conservación reditúa lucros concretos a los dueños de los recursos.” (Durand, 2014, pág. 193)

La saturación del discurso acerca de la conservación ambiental con términos económicos y tecnológicos refleja el entendimiento de la “problemática ambiental ya no como una señal de la crisis del capitalismo, sino como una nueva frontera de acumulación de capital financiero, lo que le confiere ventajas para alcanzar los círculos de toma de decisiones e influenciar la política pública.” (Durand, 2014, pág. 191) Esto afecta a las comunidades vulnerables y al ambiente debido a la marcada utilización del poder para silenciar otro tipo de formas de conservación y la creciente crítica en su contra.

Para Büscher, et al. (2012) la CN contribuye a una falla sistémica de las ideas y políticas generales de desarrollo sostenible. Esto se debe a que al proponer términos de ganar-ganar “privilegia como solución las estructuras y procesos del capitalismo neoliberal que producen los daños socio-ecológicos que busca reparar”, su encubrimiento resulta fácil “porque la conservación neoliberal funciona como ideología, incrustándose socialmente (y ecológicamente) a través de la generación de estructuras y prácticas de gobernanza hegemónicas a través de las cuales se reproduce” silenciando a las voces desobedientes mediante el desplazamiento local y la violencia estructural cotidiana. (Büscher, Sullivan, Neves, Igoe, & Brockington, 2012, págs. 12-23)

Por su carácter político y social, el sistema tuvo como resultado inequidades alarmantes debido a la desigual distribución del poder a niveles nacionales e internacionales. En palabras de Vandana Shiva;

La competencia es muy desigual, no sólo porque las empresas son poderosas y los pobres no lo son, sino porque las normas del libre comercio permiten a las empresas emplear la maquinaria de la nación-estado para arrebatar recursos a la población, e impiden a la gente que reafirme y ejerza sus derechos. (Shiva, 2001, pág. 2)

Prueba de esto, es la privatización del agua como una respuesta ante la escasez, la creación de semillas estériles como cadenas económicas a los campesinos, la transferencia de residuos tóxicos de los países desarrollados al tercer mundo o la patente de semillas y plantas de pueblos indígenas por empresas occidentales. La CN ha generado que “el derecho de la gente a tener alimentos seguros y suficientes [se considere] una especie de obstáculo comercial no arancelario, que hay que desmantelar y destruir.”. (Shiva, 2001, pág. 6)

 

Las políticas de conservación neoliberal en México

En México se llevan a cabo las tres formas de CN más conocidas: las Áreas Protegidas (AP), el ecoturismo y el Pago por Servicios Ambientales (PSA), sin embargo, todas tienen impactos negativos para la población local y el ambiente.

Hasta 2014, las AP eran una de las estrategias más utilizadas en el país. Dentro de la gestión de las AP se buscaba la descentralización y la participación de la población local y de organizaciones privadas. No obstante, en la práctica “la falta de atención a las inequidades de poder entre los actores involucrados genera procesos de exclusión social que despojan a los habitantes locales de sus recursos o les impide decidir sobre ellos” (Durand, 2014, pág. 198), como fue el caso de la Reserva Punta Laguna o la isla Holbox, donde los principales beneficiarios fueron las elites locales, los actores externos poderosos y no las comunidades locales.

Algo similar sucede con el ecoturismo, ya que las iniciativas se llevan a cabo normalmente en escenarios social y políticamente complejos.[3] Muchas veces, proyectos que son considerados como “éxitos” presentaron conflictos sociales internos que facilitaron la introducción de inversionistas privados, como es el caso de La Ventanilla en Oaxaca o las Reservas de las Biosferas como Ka’an. Estas intervenciones en las comunidades reordenan las formas de vida y los patrones de producción y consumo de los pobladores en función de los intereses de los actores externos.

Finalmente, los PSA tampoco resultaron en la red de intercambio comercial de servicios ambientales que se tenía planeada, creándose así un esquema híbrido donde el mercado se combina con la intervención del Estado y la presencia de movimientos campesinos que han logrado incorporar sus demandas. (Durand, 2014)

 

Resultados y Discusión

Se establecieron tres puntos en los que la CN y la feminización del cuidado se relacionan. Estos puntos son: 1) la invisibilización del problema real por parte del capital para la obtención de un beneficio, 2) reconceptualización y 3) uso de la distribución desigual de poder para perpetuar la opresión.

El primer punto consiste en afirmar que el capital encubre la raíz del problema para obtener un beneficio de esto. En el caso de la feminización del cuidado, el capital se encargó de usar sus propios principios para negar la existencia de un problema. De esta manera, se creía que no se le estaba imponiendo las tareas de cuidados a las mujeres porque, al no tener un salario y por lo tanto no ser un trabajo, era algo que las mujeres hacían por amor y experiencia. Gracias a esto, el capital obtuvo mano de obra gratuita para criar y apoyar a sus obreros. Por otro lado, la CN planteaba una solución al problema mediante la integración de la naturaleza al mercado, sin embargo, la realidad era que el “eterno desarrollo económico” era la principal causa del deterioro ambiental. Sin embargo, esta asociación que logró por medio de principios económicos, le permitió continuar la expansión sin las barreras morales del ambiente.

El segundo punto se centra en una resignificación de lo que es ser mujer y de la naturaleza. La feminización del cuidado fue un cambio que marcó algunas de las pautas de lo que implicaba ser mujer. Ser una buena mujer implicaba ser atenta, buena madre, acomedida y desinteresada, facilitando la perpetuación de la opresión porque las propias mujeres se esforzaban por cumplir los estándares impuestos por el capital. Por ello, en México, las mujeres realizan tareas de cuidados sin distinción entre estatus económico. En el caso de la CN, el neoliberalismo se encargó de revalorizar a la naturaleza como un producto por el que podíamos pagar, algo que poseíamos y teníamos derecho de manipular. Además, se encargó de politizar con un antropocentrismo muy marcado, en dónde el hombre (generalmente varón) era amo y poseedor de todo. Fue así como la naturaleza dejó de ser un límite y se convirtió en un obstáculo que podíamos superar. Como es el caso de México en el que zonas que se encargaban de abastecer a comunidades, se convirtieron en atractivos turísticos para beneficio del capital.

Finalmente, el último punto y probablemente el más importante tiene que ver con la creación y perpetuación de desigualdades para el mantenimiento de la ideología. Tanto la feminización del cuidado como la CN funcionan como ideologías, por lo que generan estructuras y dan forma a las relaciones sociales y políticas. Para que estas ideologías perduren, se debe silenciar las voces que denuncian las violaciones y desigualdades. La feminización del cuidado niega la conceptualización del trabajo de cuidados como trabajo para limitar las quejas de las mujeres al ámbito privado y del hogar, donde son ignoradas, ridiculizadas e incluso violentadas: imposibilitando su debate en posiciones de poder para cambiar dichas estructuras. Asimismo, las estructuras generadas por la CN dan como resultado la fractura de las comunidades locales de las zonas “protegidas”, lo que propicia la formación de élites que generalmente controlan el mercado y de ese modo, las ganancias van para los más ricos, quienes pueden realizar cambios benéficos, o no, para las comunidades y el ambiente.

Retomando la cita de Vandana Shiva, las empresas transnacionales no solo desplazan a los pobres en los proyectos de conservación por tener dinero, sino que tienen acceso a los recursos de los gobiernos y poseen poder para hacer decisiones que cambiarían las relaciones comerciales y económicas. De la misma manera, el patriarcado no solo ha limitado la libertad de decisión de la mujer, sino que se encuentra posicionado en los estratos de poder más altos de los países: los gobiernos; generando un bloqueo a las iniciativas de cambio que las mujeres pudieran proponer.

La creación o perpetuación de desigualdades como arma para la salvaguarda de la ideología es una herramienta particularmente usada en México, pues para continuar con los esquemas de opresión, los grupos vulnerables tienen accesos limitados a la educación y por lo tanto es más difícil salir del ciclo opresivo. Esto se ve reflejado en las estadísticas previamente mencionadas, de que sólo 17% de las mujeres que desean aumentar su jornada de trabajo cuentan con estudios. De igual manera, la introducción de proyectos de conservación en zonas con conflictos sociales fue una estrategia para lograr que las desigualdades aumentaran y así limitar la obtención de los beneficios para las élites, que son las principales inversionistas en los proyectos. Además, estas estrategias sirven como combustible para el primer punto, pues así, se logra encubrir las razones del problema para poder proponer una solución aparentemente buena que en realidad solo beneficia al capital y las élites.

 

Conclusiones

Como se mencionó, el capital se encargó de rechazar al trabajo doméstico como trabajo; dificultando a las mujeres negarse a hacerlo. La conservación neoliberal surgió como una “solución” al deterioro ambiental; anexando la naturaleza a la dinámica capitalista y desplazando a grupos vulnerables para beneficio de las grandes empresas. Posteriormente, se analizó cómo en México estos problemas son palpables debido a que las mujeres son la mayoría de las personas que se dedican a cuidados, y la conservación neoliberal es regularmente utilizada en la conservación del ambiente; trayendo consecuencias sociales conflictivas.

Esta investigación logró establecer una relación hasta cierto punto abstracta e hilar esta realidad histórica en el contexto de México según cifras de 2012. Considero que para futuros acercamientos al tema habría que profundizar acerca de las causas y consecuencias de la opresión sistemática que produce en muchos estratos de la población, no sólo las mujeres y los involucrados en la CN. Como conclusión, la relación que existe entre la feminización del cuidado y las políticas de conservación neoliberal es que el capital se ha encargado de silenciar a los grupos vulnerables como mujeres y comunidades pobres, cambiando el significado de la naturaleza y de lo que es ser mujer; ejerciendo su poder para oprimir a los que carecen de este y obtener un beneficio.

 

Listado de Referencias

 

Borderías citado en Carrasco, C., Borderías, C., & Torns, T. (2011). Introducción. El trabajo de cuidados: antecedentes. En C. Carrasco, C. Borderías, & T. Torns, El trabajo de cuidados. Historia, teoría y políticas (págs. 13-96). Madrid: Los libros de la catarata.

Büscher, B., Sullivan, S., Neves, K., Igoe, J., & Brockington, D. (2012). Towards a Synthesized Critique of Neoliberal Biodiversity Conservation. Capitalism Nature Socialism, 4-30. Recuperado el 4 de Noviembre de 2019, de https://eprints.bbk.ac.uk/4959/

Durand, L. (2014). ¿Todos ganan? Neoliberalismo, naturaleza y conservación en México. Sociológica, 183-223. Recuperado el 19 de Agosto de 2019, de http://www.scielo.org.mx/pdf/soc/v29n82/v29n82a6.pdf

Ehreinreich y English citado Carrasco, C., Borderías, C., & Torns, T. (2011). Introducción. El trabajo de cuidados: antecedentes. En C. Carrasco, C. Borderías, & T. Torns, El trabajo de cuidados. Historia, teoría y políticas (págs. 13-96). Madrid: Los libros de la catarata.

Federici, S. (2013). Revolución en punto cero: Trabajo doméstico, reproducción y luchas feministas. Madrid: Traficantes de Sueños.

INMUJERES; INEGI. (2012). El trabajo de cuidados: ¿responsabilidad compartida? INMUJERES. Recuperado el 21 de Agosto de 2019, de http://cedoc.inmujeres.gob.mx/documentos_download/101231.pdf

Shiva, V. (2001). El mundo en el límite. En W. Hutton, & A. Giddens, En el límite: la vida en el capitalismo global (págs. 163-186). Barcelona: Tusquets.

 

 

 

 



[1] Definido como la distinción entre el valor del trabajo asalariado y el no valor del trabajo doméstico producida en la transición al sistema capitalista. (Federici, 2013)

[2] Incluso cuando las mujeres privilegiadas logran escapar de las tareas del hogar, su opresión se transmite habitualmente a otras mujeres, creando cadenas de cuidados.

[3] “Sólo 28% de los proyectos ecoturísticos financiados en 2006 por el Programa de Ecoturismo en Zonas Indígenas de la CDI se encontraba en funcionamiento un año más tarde” (Durand, 2014, pág. 201)